Hoy se celebra el Día Mundial del Agua. Una buena ocasión para reflexionar sobre un recurso vital y muy abundante en Galicia, pero que no lo es tanto en otras partes del mundo. De hecho, hay más de 600 millones de personas en el mundo (prácticamente, uno de cada diez habitantes del planeta) que no tienen servicio de traída de agua en sus casas debido a la sequía o la falta de infraestructuras.

Cada persona puede hacer mucho con pequeños gestos cotidianos para evitar desperdiciar este tesoro de la naturaleza. Así lo han puesto de manifiesto esta mañana diferentes representantes públicos, como la conselleira de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia, Beatriz Mato, o la concelleira del mismo área de A Illa, Gabriele Freiin Von Hundelshausen.

Beatriz Mato celebró el Día del Agua en Ribadumia, con una visita a la estación depuradora de aguas residuales en la que participó también un grupo de alumnos del instituto de Cambados Ramón Cabanillas. Recordó que un simple grifo mal cerrado que se pasa el día goteando puede suponer un desperdicio de 30 litros de agua cada 24 horas; o que lavarse los dientes con el grifo abierto significa malgastar 12 litros por minuto.

Según los datos aportados por la conselleira en Ribadumia, en Galicia se consumen 363 litros diarios de agua, pero es posible reducir esa cifra. Otras recomendaciones que dio para conseguirlo son poner las lavadoras o los lavavajillas solo a carga completa, con lo que se puede ahorrar unos 80 litros de líquido; o ducharse en vez de bañarse, con lo que se utilizarán unos 100 litros, frente a los 250 que se gastan en la bañera.El mal uso de las toallitas

Además, hay gestos muy extendidos que causan daño al medio ambiente y las arcas públicas, como es el de arrojar al inodoro los bastoncillos de los oídos o las toallitas húmedas. Éstas se publicitan como biodegradables, y aunque lo sean, no se deshacen inmediatamente y llegan prácticamente enteras a los bombeos que impulsan las aguas residuales a las depuradoras.

Al llegar de ese modo provocan a menudo el atasco de los propios bombeos y las tuberías. Eso puede llegar a causar vertidos a los ríos o el mar de aguas sin depurar por el efecto de desborde, y obliga a las administraciones a gastar grandes cantidades de dinero en la limpieza de sus redes de saneamiento.

En A Illa, la concejala de Medio Ambiente, Gabriele Freiin Von Hundelshausen también visitó la EDAR de la localidad y llamó la atención igualmente sobre el efecto perjudicial de las toallitas. Según sus datos, el Concello gastó el año pasado 80.000 euros en el mantenimiento de las redes, debido en gran parte a ese pequeño gesto, éste perjudicial.