Xurxo Abuín da marcha atrás y continúa como presidente de la Mancomunidad de comunidades de montes de Vilagarcía. Así lo ha decidido tras más de dos horas de reunión con los demás colectivos que integran el ente supraparroquial. Según el propio presidente, "nadie quería hacerse cargo de esta responsabilidad" por distintos motivos (unos por cuestiones de trabajo, otros por desconocimiento de las herramientas informáticas, etc.). A la falta de relevo al frente de la Mancomunidad se suma el compromiso adquirido por las comunidades de elaborar esta misma semana el mapa de vertidos ilegales en los montes y "el buen ambiente" que reina en el equipo. Estas son las tres razones que esgrime Xurxo Abuín para justificar su continuidad como máximo responsable de la Mancomunidad.

"Tuve que disculparme por las formas en las que anuncié públicamente que dimitía. Cuando acepté continuar eran casi las doce de la noche [la reunión comenzara a las nueve] y lo que finalmente me ayudó a seguir fue el buen ambiente que hay entre nosotros. A muchos compañeros acabo de conocerlos y la verdad es que se ve un ambiente sano, de colaboración, sin ningún tipo de malas intenciones, y eso me ayudó a ceder", declara el presidente.

Pero las exigencias vinieron de ambos lados, pues Abuín condicionó su permanencia en el cargo a que los demás componentes de la entidad se comprometiesen a hincar el codo para poner el colectivo a andar de una vez por todas, pues desde su constitución en julio del año pasado su actividad ha sido más bien escasa.

Lo que sí ha logrado la Mancomunidad por mediación del grupo municipal del BNG en este tiempo es la inclusión en el Presupuesto municipal de Vilagarcía de 70.000 euros para la limpieza de los montes, así como 30.000 para organizar cursos del ámbito agroforestal.

Así las cosas, las comunidades de montes no solo se comprometieron a terminar el mapa de vertidos ilegales este mismo viernes, sino que también acordaron comenzar a preparar un informe sobre las fincas de las que disponen los comuneros y que son susceptibles de acogerse a las ayudas municipales de limpieza. "Aunque toda la superficie no va a ser posible, si logramos hacer esto ya es un avance", comenta Abuín, que se muestra ahora más optimista que hace unos días, cuando aseguraba que la Mancomunidad había nacido "muerta" y se quejaba de la falta de implicación de sus integrantes. De ahí que anunciara su dimisión, una renuncia que tras una larga conversación con los compañeros finalmente se ha quedado en nada. "A veces las cosas desde fuera parecen fáciles pero no lo son", comenta el presidente de la Mancomunidad de comunidades de montes de Vilagarcía.

Esta entidad nació el verano pasado bajo el paraguas del BNG. Desde la formación nacionalista destacan que una de las ventajas de que las comunidades de montes se asocien se produce a la hora de acceder a ayudas públicas, pues algunas se conceden a agrupaciones con más de 50 hectáreas y en el caso del municipio vilagarciano, la mayoría tienen menos de esta superficie, a excepción de Cea, con más de 600 hectáreas, y de Bamio, con casi 300.

Además de poder unir terreno para pedir subvenciones, las comunidades también pueden compartir costes (como por ejemplo para comprar maquinaria) y sumar un considerable volumen de madera para aumentar las posibilidades de colocarla en el mercado.