El patrón de Europa era festejado ayer, 21 de marzo, en la efemérides que conmemora el día de la muerte de este santo italiano, considerado por los devotos abogado de todo tipo de males, en especial los de piel.
En Lores en el santuario, ubicado en el promontorio que preside el centro de la localidad, su sucedieron nueve misas a lo largo de la jornada, cinco de ellas por la mañana, a razón de cada hora a partir de las 8 y hasta las 13 horas en que tenía lugar la solemne, y tres por la tarde.
Al término de cada oficio los devotos ofrecían sus dádivas, acudían solícitos a por el aceite sanador de la lámpara del santo, o se acercaban al altar para besar, de manos del sacerdote, el relicario de San Benito, que porta en su interior un minúsculo hueso del santo, autentificado en el siglo XIX por el propio monasterio italiano de Montecasino, que el mismo santo fundó en el año 529.
La banda de Vilanova y el grupo de gaitas "Os do Barro" de Noalla amenizaron a partir de media mañana un recinto, en cuyos accesos se apostaban los tradicionales puestos de rosquillas, pulpo, churros y cera. Un año más no defraudó la afluencia de devotos que llenó cada una de las misas, sobre todo, en los oficios de tarde.
El cura párroco José Manuel Taibo reconocía que "aunque los dos San Benitos atraen a mucha gente a Lores, sí se percibe que este de invierno es más de devoción y fervor religioso, mientras que el de verano resulta un tanto más festivo, quizás por el calor o el turismo y que dada la cercanía con Sanxenxo también son muchos los que se acercan en verano".
Tráfico fluido
La policía local de Meaño, en colaboración con miembros de Protección Civil de Ribadumia, coordinaron el tráfico y el operativo de seguridad en las inmediaciones del santuario en una jornada que calificaron de tranquila y con ausencia de incidentes.
Por la tarde las tradicionales "poxas" volvieron a congregar a numeroso público. Y es que alrededor de 200 personas procedentes de diversos puntos de la comarca, desde curiosos a los habituales de cada edición, siguieron la subasta, algunos apostados a pie mismo de estrado, ávidos por llevarse una o varias parejas de los preciados gallos de corral que se fallaban al mejor postor.
Durante hora y media, y en la voz de Agustín Rosal, se subastaron por parejas 54 gallos de corral, cifras que confirman que, en lo referente a las "poxas", en Lores el San Benito de invierno gana terreno cada vez más al de verano refrendando la devoción de la que hablaba el cura párroco.
Junto a ellos varias docenas de huevos y las tradicionales palomas para ser devueltas a la libertad, pero en esta ocasión no hubo ovejas o corderos como en anteriores ediciones.
Precios ajustados
Como todos los años los precios no se atuvieron a regla alguna del mercado, y variaban en ocasiones en función del capricho del respetable, si bien los más experimentados pujaban a tenor del peso que a ojo de experto calculaban a las aves. En función de ello las parejas de gallos se adjudicaron entre los 33 y los 60 euros.
El porqué de la tradición de los gallos y otros animales entregados como dádiva al santo en los días previos de novena, o mismo en la matinal de ayer, lo explicaba una vecina de Lores, cuando refería que "los antepasados siempre decían que San Benito prefiere como ofrenda animales vivos en cumplimiento de promesas", una actitud que se observa en esta tradición tan presente en las romerías que se celebran a lo largo y ancho de Galicia.
Cambados
En Cambados también se sucedió una maratón de misas que, en su caso, las iniciaba el párroco José Aldao a las 7 de la mañana, y que llenaron el santuario a cada hora. Tras la solemne, al filo de las 13,30 salió una procesión, como cada año multitudinaria, y que es el gran momento del San Benito cambadés. Por la tarde, tras el oficio de las seis, también Cambados contó con sus "poxas" de gallos de corral y animales vivos que fue otro de los focos de atención de la jornada.
