La temporada de pesca comenzó el domingo en muchos ríos gallegos, aunque el Umia todavía permanece vedado. Los aficionados señalaron al término de la primera jornada que hay pocas capturas, lo cual atribuyen en parte a la escasez de caudal de los ríos.

Algunos pescadores apuntaron también que el calor es poco propicio para la pesca de la trucha, de ahí que el domingo no fuese la jornada más propicia debido a las elevadas temperaturas.