Cuando se tiende a generalizar se dice que los dos últimos meses del año, por aquello de las fiestas navideñas, son los mejores para las lonjas, quizás junto a la temporada alta para el turismo, la estival. Pero no siempre es así, ya que cada lonja marca sus mejores registros en una época determinada, dependiendo del tipo de especies que descargue y de sus vedas o épocas propicias de extracción.

En O Grove, por ejemplo, se produce una circunstancia curiosa, pues si bien es cierto que diciembre fue el mejor mes en cuanto a volumen, con casi 164 toneladas, llama la atención que tanto enero (84 toneladas) como febrero (casi 78) superaran los registros de noviembre (72 toneladas) y del mismísimo verano, a pesar de ser éste un municipio eminentemente turístico. Baste decir que julio y agosto no resultaron especialmente significativos en la lonja, quedándose en 55 y 70 toneladas, respectivamente.

En el caso de Cambados, por su parte, el tirón es constante desde junio (178 toneladas) hasta septiembre (259), manteniéndose las descargas a buen ritmo en octubre (202 toneladas) para después bajar en noviembre (160) y recuperarse en diciembre (203). Y mientras la recta final del año puede parecer determinante en la rula cambadesa, en la de A Illa los mejores meses de 2016 fueron abril (101 toneladas) y mayo (103 toneladas de producto), manteniéndose en un buen ritmo en junio (89) pero bajando en diciembre (80).

En Carril sí se aprecia claramente la influencia del último semestre del ejercicio, pues en esta lonja pasaron de 69 toneladas en julio a 105 en agosto, 106 en septiembre, 113 en octubre, nada menos que 269 toneladas en noviembre y 283 toneladas de mercancía en diciembre.

Lógicamente en el puerto carrilexo se hace notar el tirón de la almeja en las fiestas navideñas y la incidencia de los parques de cultivo.