La cría de lobo marino bautizada como Lucero se despide hoy de A Illa de Arousa, donde ha pasado más de un mes recuperándose de sus heridas en las dependencias del Instituto Galego de Formación en Acuicultura (Igafa). La cría de lobo marino embarcará en el puerto de Marín en un barco para poner rumbo al Gran Sol, en cuyas aguas regresará a la libertad. La foca hará toda la travesía a bordo del arrastrero Ferreira Martínez.

Lucero, cuya recuperación ha sido supervisada por la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (CEMMA), fue capturada por las redes de un pesquero de Cedeira el pasado 5 de diciembre.

Los marineros de la embarcación no dudaron en alertar al CEMMA para que se hiciese cargo de esta cría macho que, cuando fue capturada, medía 100 centímetros de largo y 22 kilogramos de peso. Además, se encontraba en muy mal estado, ya que presentaba numerosas heridas por todo su cuerpo.

Los responsables del CEMMA decidieron trasladarla a su sede de Nigrán, donde permaneció un mes curando sus heridas. Una vez repuesta, quedaba afrontar la última fase de recuperación en unas instalaciones mucho más amplias, y gracias al convenio con la Consellería do Mar, Lucero fue trasladado el pasado 9 de febrero a una piscina en el Igafa. Allí se convirtió en una de las grandes preocupaciones de los alumnos del centro, que establecieron turnos para su cuidado con un único objetivo, que ganase en peso y fortaleza para que pudiese regresar a su medio natural. Ese objetivo se ha cumplido, por lo que ha llegado la hora de la despedida.