Desde que descubrió su enfermedad hace casi ocho años, Carlos Gándara, que vive en la vecina parroquia de Godos, en Caldas de Reis, que linda con Vilagarcía de Arousa, ha pasado por los diferentes estadios: desde la diálisis al trasplante. Ejerce como secretario de la asociación de lucha contra la enfermedad del riñón, Alcer, en la provincia de Pontevedra, que trata de ayudar a los pacientes afectados por este mal.

- ¿Cuántos años estuvo esperando por un donante de riñón?

- Estuve tres años y medio en diálisis y ahora acabo de cumplir cuatro años trasplantado de donante vivo de mi hermano Javier.

- ¿Cómo ha vivido la enfermedad en ambas etapas?

- En diálisis, como es comprensible, mal porque es depender de una máquina que condiciona todo; la vida, la comida, la bebida. La máquina está para sustituir al riñón y poder vivir, pero se lleva mal. Una vez trasplantado es mucho mejor; volvemos a la vida, tomamos un tratamiento para evitar el rechazo y poco más. Prácticamente la vida vuelve a la normalidad.

- ¿Tenía dificultades para conseguir un donante de forma normal?

- Estuve en diálisis tres años y medio esperando un posible trasplante de cadáver; una vez que éste no llegó después de esos años accedí a la presión de mi familia que desde antes me planteaba que lo hiciésemos con alguno de mis tres hermanos que se ofrecieron voluntarios para hacer la donación. Los médicos opinaron que lo mejor era que me diera el riñón el que me sigue en edad, ya que yo soy el mayor, y en 4 meses estaba trasplantado.

- ¿Los dos bien?

- Los dos bien, lógicamente. La cirugía fue un martes para él por laparoscopia, y el viernes regresó a casa. Yo estuve un poco más ingresado, diez días, pero los dos muy bien. Ahora hacemos los dos revisiones anuales en A Coruña y yo cada tres meses en Pontevedra. En principio todas ellas bien hasta ahora y ya han pasado 4 años.

- ¿Anima a las familias a que se decidan a realizar más trasplantes?

- Sí. Es un talón de Aquiles que tenemos en la asociación. En Galicia hay mucha negación a la hora de autorizar las donaciones de gente con accidentes para trasplante cadáver. Estamos algo por encima del 25%. Es una pena porque son órganos que se pierden y que podrían dar a mucha gente una nueva vida.

- ¿Hay mucha gente en la comarca esperando por un riñón?

- Sí, en la zona de O Salnés hay algo más de un centenar de pacientes que están en diálisis y, salvo que tengan una enfermedad de base, son todos potenciales receptores de un riñón. A nivel de Pontevedra la cifra se eleva hasta las 500 personas.

- ¿Qué le diría a la gente en el día mundial del riñón?

- Que se animen a ser donantes. Las enfermedades renales están muy extendidas. Hay estudios que indican que un 10% de la población sufre una enfermedad renal; cuando nos damos cuenta de que estamos enfermos ya es bastante tarde. Cualquiera puede estar enfermo y necesitar un trasplante.