Tal día como hoy de hace un mes, sobre las 4.30 horas de la madrugada, volaron docenas de tejados entre las parroquias de Armenteira, San Martiño y San Salvador, todas ellas de Meis; cayeron numerosos árboles; el viento derribó tapias como si fuesen construidas con naipes; y cientos de vecinos del municipio quedaron sin energía eléctrica. Un mes después, el Ayuntamiento aún no ha terminado con el informe de daños iniciado por un técnico municipal, según reconoce el alcalde, José Luis Pérez.

El regidor explica que el técnico ha tenido que encargarse de otros proyectos cuya tramitación exigía cumplir unos plazos determinados, y estuvo fuera del consistorio unos días, de ahí que el documento que se va a enviar a la Xunta de Galicia aún no esté finalizado. Se trata de un informe en el que se hace una relación de los desperfectos que se produjeron en el municipio durante el paso de "Kurt", el 3 de febrero, tanto en bienes públicos como privados.

Se da la circunstancia de que Meis fue el único municipio de la comarca donde se celebró un pleno extraordinario sobre los temporales. Se convocó a instancias del Partido Socialista, que está en la oposición, y se acordó, entre otros puntos, pedir a la Xunta de Galicia y a la Diputación, "dentro de sus competencias", la creación de una línea de ayudas económicas para los afectados.

Sin retirar las uralitas

Uno de los problemas que se detectaron tras el temporal de Meis fue la existencia de algunos vecinos que no tenían asegurados sus bienes. Esto les obliga a correr con los gastos de las reparaciones, que en algunos casos pueden ser muy elevados, pues aparte de la magnitud de los destrozos en sí se suma el hecho de que en la mayoría de las cubiertas afectadas habían planchas de uralita con fibrocemento, un material contaminante que tiene que ser retirado -y trasladado- por una empresa especializada, cuyos servicios tienen un coste que puede resultar elevado.

El resultado es que a día de hoy todavía hay familias que no han desescombrado o que sí han llevado a cabo una primera limpieza de sus propiedades afectadas, pero que aún tienen los restos de uralita en sus fincas, en algunos casos apiladas al aire libre y en otros dentro de sacos. El alcalde declaró en su día que iba a hablar con el delegado de la Xunta de Galicia en Pontevedra, José Manuel Cores Tourís, por la posibilidad de que el gobierno autonómico coordinase la retirada de este material contaminante, aunque por el momento no se llegó a un acuerdo.