Los vilagarcianos estrenaron ayer las nuevas marquesinas que el Ayuntamiento instaló en la dársena de O Cavadelo. Y lo hicieron con un elevado desconcierto debido a la ausencia de bancos y de paneles laterales que protejan a los usuarios del viento y la lluvia mientras esperan el autobús. "Supongo que todavía no habrán terminado, porque tal y como está ahora nos llueve dentro", comentaba una usuaria del transporte público que volvía del mercado.
El Concello ha llevado a cabo una obra de mejora de accesibilidad a la dársena de autobuses, eliminando las barreras arquitectónicas para que las personas con movilidad reducida, sillas de bebés o vecinos con carros de la compra puedan desplazarse sin problemas. Esta parada, ubicada en pleno centro de Vilagarcía, junto a los juzgados, comisaría y Praza da Peixería, es muy utilizada sobre todo los martes y sábados, cuando se celebra el mercadillo.
Aparte de elevar el paso de peatones de A Mariña para que toda la plataforma se ubique a un mismo nivel, la actuación también ha incluido la renovación de tres marquesinas por unas nuevas. Los usuarios valoraron de forma positiva tanto la mejora de los accesos a la dársena como la amplitud de las marquesinas, pues son más grandes que las anteriores, pero criticaron la falta de bancos y de protección lateral.
Fueron las dos carencias que destacaron la práctica totalidad de los usuarios preguntados por FARO. "Suponemos que tienen que poner bancos, sobre todo por la gente mayor, que viene cargada con la compra y mientras espera al autobús necesita sentarse", dice una vecina. "Yo no puedo sentarme en el bordillo porque luego no soy capaz de levantarme", comenta una mujer de edad avanzada.
En el lateral de las nuevas marquesinas más próximo al parque de O Cavadelo hay un elemento vertical que parece indicar que se va a colocar un panel protector. Sin embargo en el otro lado no hay nada. "Tienen que cerrar la marquesina por ambos lados. Aquí da mucho el viento por todas partes", reivindica una vecina. Tanto es así que otra usuaria del transporte urbano incluso apostaba por la construcción de unas marquesinas totalmente cubiertas, dejando solo una puerta central para entrar y salir.
Entre los ciudadanos que venían de hacer la compra del mercado incluso surgían propuestas todavía más ambiciosas. "Lo que tenían que hacer era una carpa que cubriera toda la dársena y dejarse de marquesinas", planteaba una mujer. Otra se quejaba de que la empresa adjudicataria de la obra era foránea.
Las nuevas marquesinas están formadas por un panel acristalado trasero y un techo, pero el cristal no llega al suelo. "Ahora mismo se me están mojando los pies", lamenta una residente en Trabanca Badiña, que no se olvida de la necesidad de colocar unos asientos porque "a veces hay que esperar media hora por el autobús".
A medida que iba llegando gente procedente del mercadillo y de la plaza de abastos a la parada de autobuses de O Cavadelo se sucedían los mismos comentarios tanto sobre la necesidad de cubrir las marquesinas por los dos laterales como de colocar asientos. "Los que había en las de antes estaban deteriorados y cortados", recuerda una vecina de Canelas.
Otra de Vilaxoán agradece al Concello la actuación llevada a cabo porque "las marquesinas están mejor de lo que estaban" . "A mí me parece que están bien. Mientras no las rompan...", recalca otra usuaria.
Ayer fue un día lluvioso de mercadillo, con una mañana desapacible para andar por la calle. Y sobre todo cargando con bolsas de la compra. "Ahora no llueve mucho y nos estamos mojando. Yo quiero pensar que la obra no está terminada y van a cerrar los laterales y colocar bancos", confiaban los usuarios.
