Frustrada la moción de censura que un grupo de socios críticos presentó contra el presidente del Liceo Casino de Vilagarcía. En una asamblea más concurrida de lo habitual -cerca de un centenar de asistentes-Antonio Castro recibió ayer por la noche el respaldo de 46 socios que rechazaron la moción de censura y 33 que la apoyaron -hubo una sola abstención-. Una vez superado este bache, el directivo anunció su propuesta para evitar la desaparición de una sociedad en decadencia: resucitar el proyecto del complejo deportivo (previsiblemente en A Comboa, aunque no precisó ubicación).

Uno de los socios manifestó estar cansado de anuncios de proyectos que nunca llegan a materializarse y de otros que han metido al Liceo en serios apuros económicos. En este sentido, Antonio Castro defendió que las negociaciones con una empresa hotelera "están muy avanzadas", tanto que su pretensión inicial era llevar a la asamblea el contrato firmado con esa compañía a la asamblea, "pero no pudo ser". No obstante, se comprometió con la masa social a cerrar el acuerdo en un plazo "de entre 10 y 15 días". "Si esa circunstancia no sucede, esta sociedad debería buscar a otra persona con una idea más viable", dijo, poniendo su cargo a disposición de los asociados.

El planteamiento de Castro es "llegar a un acuerdo de salida extrajudicial con los acreedores, con una quita de entre el 60 y el 70%, que nos daría opciones a vender esta sede, una medida que yo no comparto, o a ir a unas instalaciones deportivas en alquiler, que es lo que se está negociando ahora".

Según las cifras aportadas en la asamblea por el presidente, la empresa se encargaría de construir el complejo, invirtiendo una cantidad del orden de 2 millones de euros. "Evidentemente va a exigir unas garantías", puntualizó. Aunque no dio datos, avanzó que la actividad del Liceo en ese nuevo complejo deportivo y de ocio incrementaría el número de socios, que actualmente se sitúa en 300.

Por tanto ese aumento de la masa social sería el verdadero salvavidas de la entidad vilagarciana, que mensualmente gasta más dinero del que ingresa y tiene las cuentas embargadas. Cerró el año 2016 con un agujero de 60.000 euros.

Ante esta situación, la directiva del Liceo presentó ayer unos presupuestos para 2017 "reducidos a lo mínimo imprescindible", en palabras de Castro. Son un total de 141.000 euros, cuyas mayores partidas se destinan a salarios (35.000 euros) y a suministros (14.500 euros en agua, luz, teléfono, ...).

La previsión de ingresos procedentes de las cuotas de los socios se sitúa en 80.000 euros para una masa social de 300 personas.

En relación a las actividades programadas para el ejercicio en curso, destaca el homenaje a Lita Cabellut, "la pintora viva más importante de Europa", ensalzó el presidente del Liceo, que no se olvidó de hacer hincapié en las 37.000 personas que asistieron a la última edición del Curtas Film Festival.

En cuanto a los socios críticos, abandonaron el salón una vez que la moción de censura no salió adelante por una diferencia de 13 votos. José Luis Blanco se erigió como portavoz del sector, interviniendo en constantes ocasiones ya desde el inicio de la asamblea.

Se quejó de la inexistencia de un inventario de los bienes de la sociedad. "Hay ganchos desnudos en las paredes", afirmó, al tiempo que acusó al presidente de realizar tareas que le corresponden al tesorero y de no pagar al personal.

Blanco recordó a Castro que la junta directiva se debe reunir una vez al mes según los estatutos y el presidente se mostró dispuesto a enseñarle las actas de esos encuentros. Las críticas por parte de este socio no cesaron, pero propuestas para que el Liceo no se siga hundiendo, ninguna, a excepción de la supresión del tenis de mesa.