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Duras multas para los que incumplan la normativa

Verter a la red de alcantarillado sin depurar se castigará con hasta 100.000 euros de sanción

La Mancomunidade tiene prácticamente perfilada su nueva normativa que espera aplicar a partir de este mismo año -Solo resta unificar los protocolos de actuación de los concellos que están integrados en el ente

Uno de los vertidos de escabeche a un afluente del Umia en Cabanelas. // Iñaki Abella

La aparición de un nuevo vertido en el entorno de Cabanelas, Ribadumia, que afectó al río Umia, vuelve a poner de manifiesto la necesidad de contar con una normativa que sancione de forma dura a las empresas que incumplan su obligación de depurar sus vertidos antes de que alcancen la red de alcantarillado mancomunado.

En ese camino se encuentra trabajando el ente supramunicipal, que tiene prácticamente perfilada una nueva normativa que está respaldada por todos los Concellos y que servirá para aplicar duras sanciones a aquellas empresas que continúen incumpliendo.

Las dos medidas más duras que incluirá la nueva normativa, que comenzará a aplicarse a lo largo de este año, son la sanción de hasta 100.000 euros que se impondrá a las empresas reincidentes a la hora de realizar vertidos sin control a la red de alcantarillado.

Pero además de la sanción económica, los que incumplan la normativa pueden exponerse a que se les corte la conexión a la red, lo que significaría, de facto, su cierre prácticamente inmediato.

El gerente de la Mancomunidade de O Salnés, Ramón Guinarte, reconocía ayer que "la normativa en la que estamos trabajando quiere ser muy contundente con este tipo de situaciones, que además de ser un serio atentado contra el medio ambiente, también suponen un elevado coste en el mantenimiento de la red de alcantarillado, bombeos y depuradora de aguas residuales, algo que no se puede consentir".

En esa lucha para poner coto a los vertidos industriales a la red de alcantarillado están unidos todos los Concellos, en especial los tres que se han visto más afectados en los últimos tiempos, los de Vilanova de Arousa, Cambados y Ribadumia. Si bien la parte dispositiva de las sanciones ya se encuentra totalmente redactada, todavía quedan algunos flecos para que la normativa pueda ser aprobada por los municipios que integran la Mancomunidade.

Esos flecos se centran en la unificación de los protocolos a aplicar en todos los Concellos. Hasta ahora, cada municipio, a la hora de recoger de recoger la muestra, abrir el expediente o iniciar las acciones sancionadoras aplicaba métodos diferentes, "algo que queremos cambiar, para que se establezca un protocolo adecuado y conocido por todos, lo que facilitará la identificación de los infractores en las ocasiones en las que se registren los vertidos".

El endurecimiento de las sanciones es algo que la Mancomunidade lleva mucho tiempo valorando, sobre todo a raíz de los constantes vertidos que ocurrieron en la zona de Cabanelas el pasado año, procedentes de una conservera y de un aserradero de piedra.

A raíz de esa situación, además de la pertinente investigación para identificar a las empresas responsables de los vertidos, la Mancomunidade inicio un importante chequeo de la red de alcantarillado para solventar problemas como el filtrado de las tuberías.

Con la concesionaria del servicio se introdujo un robot en las canalizaciones que fue cerrando todos aquellos puntos en los que se registraban vertidos debido a los daños que existían en la red.

Ahora, la Mancomunidade está pendiente de que Augas de Galicia no solo mejore alguno de los pozos de bombeo que funcionaban mal o cuya capacidad era mínima, sino también de una obra importante como es conectar el pozo de bombeo de Cabanelas directamente con la Estación Depuradora de Augas Residuais (EDAR) de Ribadumia.

Esa obra, que en la Mancomunidade consideran muy importante para poner coto a los vertidos al río Umia, se espera que comience a lo largo de este año y que pueda encontrarse en funcionamiento a finales de 2017 o principios de 2018.

De Augas de Galicia también se está pendiente para que acometa la ampliación de la Estación de Tratamiento de Auga Potable (ETAP) de Treviscoso, con el objetivo de incrementar notablemente su capacidad y garantizar el suministro de agua, especialmente en el verano, cuando la población de la comarca se triplica con la llegada de los turistas.

El último vertido registrado en Cabanelas es considerado por la Mancomunidade como una situación puntual provocada por un exceso de agua en la red de alcantarillado, lo que llevó a que el aliviadero acabase arrojando el aceite de escabeche a un pequeño afluente del río Umia que se encuentra en las inmediaciones.

Pese a ello, ya se ha puesto en marcha una investigación para identificar a la empresa responsable del vertido y todo apunta a que puede proceder de alguna conservera situada en los polígonos de Cabanelas o Sete Pías, que son los más próximos al bombeo por el que se filtró el escabeche al río.

El bombeo de Cabanelas fue el triste protagonista del invierno anterior, cuando prácticamente a diario, registraba vertidos de diferentes empresas, una situación que trajo de cabeza a los técnicos de la Mancomunidade para tratar de identificar a los responsables. Incluso en el Concello de Cambados llegaron a abrirse varios expedientes sancionadores ante la persistencia de los vertidos.

El problema de ese bombeo acostumbra a surgir cuando llueve y todo el entorno se anega, provocando que la red también se llene de agua y afloren los vertidos por el aliviadero que conduce al río.

Entre las medidas para solucionar la situación está la de incrementar de forma notable la capacidad del bombeo, una actuación que se llevará a cabo en los próximos meses.

El de Cabanelas era uno de los más problemáticos, pero existían otros puntos de la red en la que se registraban vertidos, pero que con el chequeo realizado al alcantarillado han sido prácticamente eliminados.

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