El hecho de que el archipiélago de Sálvora sea declarado Bien de Interés Cultural lleva parejas una serie de normas, a modo de régimen de protección, con las que salvaguardar este espacio de interés como "paisaje cultural".

Le corresponderá "una protección integral, sin perjuicio de los diferentes niveles de protección que correspondan a sus elementos singulares", lo cual implica "la conservación íntegra de los bienes y de todos sus componentes en un estado lo más próximo posible al original, respetando su evolución, transformaciones y contribuciones a lo largo del tiempo", explican en la Xunta.