Una cascada de bajas en la Policía Local de Vilagarcía agrava la "huelga de brazos caídos" emprendida en diciembre por el cuerpo ante el caso omiso del gobierno municipal hacia sus demandas laborales, que se resumen en más efectivos, más medios materiales y una subida salarial. Se trata de 5 bajas simultáneas en un día muy señalado, el de la Cabalgada de Reyes, que requiere un amplio dispositivo policial. De este modo arrecia el conflicto entre los policías y el Concello, y quienes pagan las consecuencias son los ciudadanos, pues hay menos agentes en las calles para garantizar la seguridad ciudadana.

Este viernes, sin ir más lejos, la Policía Local solo disponía de tres agentes y un jefe de servicio para regular la circulación con motivo de la manifestación de la CIG, por lo que fue necesaria la colaboración de la Policía Nacional y del Servizo Municipal de Emerxencias e Protección Civil pese a que carecen de competencias en materia de tráfico.

La Policía Local de Vilagarcía cuenta con apenas 40 funcionarios. El déficit de personal -y también de medios materiales- ya es estructural, si bien en los últimos tiempos se ha incrementado con varias jubilaciones y bajas. Los agentes dicen estar asfixiados, y hartos de que ninguno de los gobiernos que pasaron por Ravella atendiese sus reivindicaciones -tampoco el actual-, decidieron en asamblea no realizar servicios extraordinarios de forma voluntaria. Este tipo de trabajos se suelen desarrollar en eventos que requieren reforzar la vigilancia o la regulación del tráfico, como por ejemplo en la Festa das Uvas, la Cabalgata de Reyes, el desfile de Carnaval o la Festa da Auga. Actualmente los guardias realizan sus turnos ordinarios.

Expedientes disciplinarios

El gobierno socialista cifra en 7 los agentes que "cayeron enfermos en fechas y horas señaladas de las pasadas fiestas navideñas. En concreto, cinco de ellos se ausentaron de sus puestos por la misma causa: un repentino problema de salud, en las horas en las que se celebraba la Cabalgata de Reyes", relatan desde el Ayuntamiento.

Los policías locales aseguran que el alcalde les ha abierto expedientes disciplinarios -un total de 7- como "una medida de presión" por su decisión de no realizar servicios voluntarios. Los funcionarios explican que sufrieron "indisposiciones sanitarias" y que tuvieron que acudir al médico, si bien garantizan que ya han presentado los correspondientes partes de los facultativos.

La versión del Ayuntamiento es radicalmente distinta. El gobierno de Alberto Varela desmiente haber abierto expediente alguno a los agentes. Sostienen que lo que se ha hecho es pedir a los guardias en cuestión que justifiquen con un documento médico las razones de su ausencia, "para lo que se les da un plazo determinado". De no hacerlo, entonces es cuando se les descontaría un día de sueldo y de acuerdo con la legislación, también se les podría abrir un expediente disciplinario, explican. Estas palabras chocan con las de los agentes, que aseguran haber entregado los partes médicos.

"El Concello no duda de nadie, aunque ve poco probable que la opinión pública pueda creer que cinco agentes se pongan enfermos el mismo día y prácticamente a la misma hora, y coincidiendo con un acto tan señalado como la Cabalgata", concluyen desde Ravella.

La escasez de efectivos deja en cuadro una plantilla que debe velar por la seguridad de un municipio con más de 37.000 habitantes. Pese a tratarse de la tercera ciudad de la provincia, Vilagarcía afronta "múltiples jornadas" con 3 agentes y un jefe de servicio, un plantel más propio de un pueblo con menos de la mitad de población que la capital arousana, advierten los municipales. En varias ocasiones -añaden- "llegó a peligrar el turno de 24 horas".

El gobierno de Alberto Varela ha solicitado a la Xunta poder disponer de los auxiliares de Policía ya en abril, pero a pesar de este adelanto (habitualmente se incorporan en verano), no llegarán a tiempo para el Carnaval, que se celebra la próxima semana. Hay una oposición en marcha de 3 plazas de agentes y el Presupuesto de 2017 recoge otras tantas, unos refuerzos insuficientes ante los ojos del cuerpo.