Sin Fernando Meis en la carrera, Beatriz Castro parece tener el camino completamente despejado para convertirse en presidenta del PP de O Grove y relevar a Miguel Pérez. Pero aún siendo la única aspirante y disponer del apoyo del aparato -o eso parece- no lo tendrá fácil, ya que en la casa conservadora hay todavía demasiadas heridas abiertas desde hace quince años y son muchos los militantes y simpatizantes populares que desconfían de esta supuesta renovación.

Unas heridas, dicho sea de paso, que vuelven a sangrar después del fracaso en las pasadas elecciones, cuando el PP pasó de aspirar a la mayoría absoluta a quedarse con cuatro de las ocho actas de concejal que tenía en el anterior mandato. Claro que en estos últimos quince años el propio Pérez logró dos veces la Alcaldía, pero ya se sabe que los éxitos se olvidan antes que los fracasos, y el de 2015 en las urnas fue estrepitoso.

De ahí que los detractores de Beatriz Castro, o al menos los que se muestran desconfiados con su irrupción oficial en política, la desafíen a recomponer lo que consideran "un partido roto desde 2002".

¿Y por qué desde 2002? Pues porque desde entonces se fueron quedando por el camino muchos de los hombres y mujeres que habían trabajado duro por la formación de la gaviota, y algunos con una carrera política tan brillante como prometedora que a pesar de ello tuvieron que "irse a casa" por sus enfrentamientos con Miguel Pérez, el exalcalde y aún presidente local.

Es del todo imposible resumir aquí todo lo sucedido y analizar los motivos de enfrentamiento, pero quizás quepa recordar aquel momento en el que la que era líder del PP local, Paula Janza, fue apartada de las listas al Parlamento gallego.

Y las cosas se agravaron cuando llegó la sucesión de Manuel Fraga en Galicia y se enfrentaron en las urnas internas el ya fallecido Xosé Cuiña -exconselleiro- y el que a la postre resultaría vencedor, el actual presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

Paula Janza, presidenta local del PP apostó por Cuiña, mientras que Miguel Pérez, alcalde de O Grove, lo hizo por Feijóo. En la villa meca ganó el primero, pero no le sirvió de nada. Lo que ocurrió fue que Paula Janza y sus más estrechos colaboradores quedaron marcados. Tanto que en enero de 2006 ella dimitió como concejala y presidenta del PP local, incapaz de soportar la maltrecha relación política que mantenía con Pérez.

Y de aquellos fangos -y otros muchos- vienen estos lodos, ya que las heridas no curaron nunca, y los reproches tampoco. Por eso ahora vuelve a hablarse de "gente válida" que fue apartada y vuelve a reclamarse una regeneración, como ya se hizo en 2005, cuando algunos militantes del PP decían que el partido sufría de "depresión generalizada".