En apenas 40 días que llevamos de 2017 un total de diez mujeres han sido asesinadas en España por el mero hecho de serlo. La directora del Centro de Información á Muller (CIM) de Vilagarcía, Julia Barbosa, observa que pese a los tiempos modernos en los que vivimos, nuestra sociedad, en cierto modo, ha experimentado una involución en lo que se refiere a violencia de género, pues los casos de maltrato y otros tipos de violencia hacia las mujeres parecen no tener freno, y cada vez las actitudes machistas se detectan a edades más tempranas. Sin ir más lejos, en Vilagarcía las víctimas de la lacra de la violencia machista se incrementaron en 2016 a 54 y han estado en vigor 37 órdenes de protección. En este sentido, la directora del CIM cree necesaria la creación de un juzgado específico en la comarca de Arousa para abordar estos casos, puesto que los tribunales ordinarios (abordan causas de diversa índole) "están saturados". Además, Barbosa apuesta por modificar la Ley de Violencia de Género para que se consideren como tal las violaciones fuera de la pareja, la violencia económica, que "está a la orden del día" -asegura-, o el acoso sexual.

-Han matado a diez mujeres en poco más de un mes. ¿Qué falla?

-En 2016 fueron asesinadas en España 79 mujeres, y en Feminicidios.net, que incluyen más casos de violencia machista, creo que hablaban de 110. Y es que la actual Ley de Violencia de Género no contempla varios supuestos, por lo que habría que modificarla.

-¿Cómo cuáles?

-Pues por ejemplo si una mujer es violada fuera de la pareja, en la calle, no se considera violencia de género. El acoso sexual tampoco está recogido en la ley. Una encuesta sobre la violencia de la mujer realizada en 2015 determinó que el 11,6% de las encuestadas habían sufrido violencia física fuera de la pareja, y el 7,2% violencia sexual fuera de la pareja. La ley tampoco contempla la violencia económica, que está a la orden del día. Normalmente él es el que administra el dinero y a ella le da, por ejemplo, para la compra. A veces ni tienen autorización en la cuenta bancaria. Al separarse, los agresores lo primero que hacen es vaciarla. Y en cuanto a las pensiones, a pesar de que el mínimo establecido por hijo está entre 120 y 140 euros, se están dictando pensiones de 50. Y tantísimos padres que no pagan?Recientemente se cambió la Ley de Violencia de Género para incluir a los hijos también como víctimas. Para un niño presenciar las agresiones a su madre es un impacto tremendo. Y en el régimen de visitas tiene que estar con un padre al que, en muchas ocasiones, tiene miedo. Esos encuentros deberían producirse únicamente en presencia de profesionales.

-Pero la legislación ha cambiado para, precisamente, proteger a los menores...

-Sí, pero en muchos casos no se está aplicando. Prima la patria potestad sobre la violencia de género.

-¿Los juzgados están funcionando con celeridad en las causas por violencia de género?

-- Están saturados, y tienen que estarlo, porque el juzgado que en Vilagarcía trata los casos de violencia de género también se encarga de otros muchos asuntos. La creación de un juzgado específico para violencia de género podría ser una solución, aunque sea uno para toda la comarca.

-¿Tardan en dictarse las órdenes de alejamiento?

-No, la ley establece un máximo de 72 horas desde que se produce la agresión. En ese periodo o se dictan o no. Se trata de una medida de carácter provisional; los casos en el penal de Pontevedra puede tardar hasta dos años.

-En 2016 el CIM atendió a casi 400 mujeres, 54 de ellas víctimas de violencia machista. ¿Acuden a ustedes cuando ya han sufrido agresiones físicas de forma continuada o cuando detectan ciertos comportamientos machistas?

-Las de mayor edad vienen cuando llevan sufriendo una violencia continuada tremenda. Por el contrario las más jóvenes suelen venir antes.

-¿Sigue habiendo muchas mujeres que no se atreven a denunciar?

-Nosotros respetamos al máximo la decisión de la persona. Las víctimas de violencia de género tienen una pérdida de autoestima y de empoderamiento enorme, por lo que ellas deben ser las que tomen sus propias decisiones, las que tengan el control de su vida. Si no tienen claro qué van a hacer, siempre les digo que vengan aquí cuando quieran. Tienen que aprender a verse fuera de esa relación. Cuando no denuncian no suele ser por razones económicas. El tema económico les afecta a muchos hombres porque hay mujeres que, aunque con empleos irregulares, son las que llevan el dinero a casa. Lo de denunciar a o no se sustenta en barreras emocionales y culturales, no tanto económicas.

-Las órdenes de alejamiento duplicaron en 2016 en la provincia de Pontevedra y también en el conjunto de Galicia en relación al año anterior, lo que puede interpretarse como un aumento de denuncias. ¿Por qué semejantes índices de violencia de género?

-Hay indicadores en la vida cotidiana que determinan manifestaciones machistas. Pero creo que existe un discurso desde determinadas personas públicas con ideologías machistas a las que se les da mucha cancha y están muy crecidos. La educación también juega un papel fundamental. El auge del azul y el rosa para niños y niñas -respectivamente- está fuera de control. Hay toda una industria alrededor de ello. Pongamos dos ejemplos: muñecas y fútbol. Cuando las niñas llegan a la adolescencia se les pide socialmente que sean sexualmente activas, más descaradas y con un comportamiento sexualizado, lo que supone una ruptura en relación a lo que la han educado con las muñecas. Y las crías llegan aturdidas a la adolescencia. Sin embargo con los niños no ocurre así, no se produce esa ruptura. En la adolescencia sigue existiendo el fútbol, es un deporte que abre telediarios, que tiene un valor social y con el que se aprenden valores como el compañerismo, entre otros.

-¿Cómo influyen las nuevas tecnologías en las desigualdades entre niños y niñas?

-Los menores pueden acceder a la pornografía desde que tienen móvil. Si tienen Whatsapp tienen internet, y si tienen internet tienen acceso a la pornografía. La visualización es tremenda. Y ahí existe un estereotipo de rol. En la pornografía las mujeres no tienen un papel activo y están muy cosificadas, al servicio de ellos. Es un modelo de sexualidad terrible. Y todo esto tiene que ver con la violencia. Los tiempos vienen duros. En Rusia se han rebajado los supuestos de violencia de género. Solo se puede denunciar una vez al año y si tienes moratones; si tienes arañazos no.

-¿Qué le diría a las personas o colectivos que se refieren a las denuncias falsas en tema de violencia de género?

-Nunca he oído hablar a nadie de denuncias falsas en otros ámbitos, como por ejemplo en el de los seguros. Sin embargo de denuncias falsas en violencia de género se habla continuamente pese a que el volumen es bajísimo. Creo recordar que el dato aportado por el Consejo General de Poder Judicial se refería a que un 0,04% de las denuncias eran falsas.

-¿Por qué cree que el tema sale a la palestra con tanta frecuencia?

-La intencionalidad es desacreditar las denuncias y la utilidad de la violencia de género. Es el discurso que manejan colectivos de hombres de extrema derecha.

-¿Qué opina del amor romántico?

-El amor romántico está haciendo mucho daño. Hay niñas que lo tienen como leitmotiv. Para los hombres no suele ser nunca lo prioritario, pero para las mujeres sí. Por ejemplo en los cuidados, se ve natural que la mujer los asuma, que siempre dé sin recibir. Y a veces acabamos teniendo maridos como niños grandes. Los hombres deben realizar esa revolución pendiente pero no la hacen porque perderían muchos privilegios. Deberían expresarse a nivel emocional, de afecto, de cuidados, etc. Las mujeres sí hemos avanzado hacia la ocupación laboral y estando en espacios púbicos, por ejemplo.