En el supuesto de que en contra de los criterios, postulados o intereses del partido de la gaviota Fernando Manuel Meis García llegara a presentarse a la carrera por la presidencia y venciera en el congreso a celebrar dentro de un mes, el nuevo líder conservador tendría dos años de trampolín para situarse de nuevo en la primera línea de acción política, desde un cargo de concejal que ya conoce de mandatos anteriores y que estaba llamado a ocupar en el actual, de no haber sido por el batacazo electoral de la formación. Y es que Fernando Meis ocupó el puesto número 5 en la lista del PP en las pasadas elecciones, lo cual quiere decir que la más que probable dimisión de Miguel Pérez tras el congreso le daría entrada directa en la Corporación. Otra cosa es que la formación popular o los principales valedores de Beatriz Castro quisieran maniobrar y poner las cosas difíciles a su nuevo presidente, para lo cual solo tendrían que pedir al exalcalde que aguantara un poco más y conservara su acta de concejal. Esto, en cualquier caso, se antoja poco probable, pues cerrar las puertas a Meis después de una hipotética victoria en el congreso del 11 de marzo sería como si el PP tirara piedras sobre su propio tejado.