El negrón careto (Melanitta perspicillata) -llamado en gallego "pentumeiro careto"- se reproduce en Alaska y el norte de Canadá, para invernar en las costas americanas, tanto del Pacífico como del Atlántico. Sin embargo está entre las especies "raras" o poco frecuentes que en esta época del año pueden avistarse en O Grove, y particularmente en la bahía de A Lanzada, lo que una vez más da una idea del importante papel que desempeña la península meca desde un punto de vista medioambiental.
De aparición relativamente frecuente en el noroeste de Europa, sobre todo en el norte de las Islas Británicas, Escandinavia y Finlandia, es una anátida similar al negrón común, con un tamaño parecido, aunque con un pico mucho más abultado.
Se trata de una de esas aves que muy ocasionalmente se dejan ver por la península meca -junto a alguna que otra barnacla, flamencos o gansos- para disfrute de los ornitólogos y de la población en general.
Es por ello que desde el Concello, a través de su Proyecto de Inversión Ornitológica (PIO), animan a vecinos y visitantes a dejarse seducir por la observación de los pájaros, invitándolos a acercarse a los miradores de la bahía aprovechando que ahora, en los meses invernales, es cuando pueden toparse aves que en cualquier otro momento del año viven muy lejos de las fronteras grovenses e incluso nacionales.
Con ayuda de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), en el PIO inciden precisamente en este aspecto, diciendo que en la bahía de A Lanzada "podremos disfrutar de los negrones comunes (Melanitta nigra) -patos marinos buceadores que suelen moverse en grupos compactos-; y junto a los 160 avistados hay un negrón careto, un pato raro divagante de Norteamérica".
En SEO puntualizan que "a diferencia del negrón especulado, el careto carece de blanco en las alas; los machos lucen un pico con manchas naranjas, blancas y negras y exhiben amplios parches blancos sobre la frente y la nuca, mientras que las hembras presentan dos áreas pálidas en la cara, separadas por otra oscura que desciende del ojo, y las adultas tienen, con frecuencia, la nuca blanquecina".
Como queda dicho, es poco frecuente por estas latitudes, y prueba de ello es que "en Gran Bretaña invernan del orden de 20 a 30 aves, que suelen regresar año tras año a las mismas localidades, mientras que en España existen quince observaciones homologadas hasta 2004, la primera de 1983, que corresponden, casi sin excepción, a ejemplares de primer invierno avistados en las costas del norte, principalmente de Galicia, entre octubre y marzo".
De ahí la importancia de la localización de un negrón careto en A Lanzada, tal y como se encarga de publicitar el Concello a través de la concejalía de Medio Ambiente.
Y para conocer un poco mejor a esta especie, que puede medir hasta 55 centímetros de longitud -y 92 de envergadura-, cabe decir que "su hábitat en época de reproducción lo constituyen generalmente pequeños humedales de agua dulce, en terreno de tundra o forestal, mientras que -como es el caso- inverna en aguas marinas poco profundas, alimentándose principalmente de moluscos que captura buceando".
El avistamiento en O Grove del negrón careto al que alude ahora el PIO se suma, por ejemplo, a especies "raras" como un morito (Plegadis falcinellus), una especie zancuda muy poco común en Galicia "de tamaño medio, con cuello y patas largas y pico largo y curvo, que presenta un plumaje pardo rojizo apagado, aunque durante la época nupcial adquiere tonos irisados verdes y rosas muy bonitos, y que se alimenta de insectos, anfibios y pequeños peces", explica SEO.
Con anterioridad se habían localizado ejemplares de barnacla carinegra (Branta bernicla), una variedad de ganso que cría en el Ártico, Noruega, Groenlandia, Rusia, Canadá y Alaska y recorre 5.000 o 6.000 kilómetros en sus migraciones hacia el sur de Europa, la costa Atlántica de Estados Unidos y el Pacífico.
Incluso apareció en O Grove un ejemplar de barnacla cariblanca (Branta Leucopsis) anillado en las islas británicas en 2004, al igual que apareció en A Lanzada un ejemplar de Melanitta deglandi stejnegeri, una subespecie de la familia de los negrones tan rara que ni siquiera tiene nombre en español.
Eso sin olvidar el avistamiento hace unos años de tres garcetas grandes (Casmerodius albus), un ave también poco frecuente que puede medir un metro de alto y destaca por su pico amarillo y sus patas negras que cambian de color en época de cría.
Ni que decir tiene que junto a estas y otras especies "raras" es posible disfrutar de las más frecuentes, como es el caso de las limícolas, entre ellas los vuelvepiedras (Arenaria interpres) y otras similares "que van a descansar a los islotes durante la pleamar".
Es el caso del correlimos tridáctilo (Calidris alba) y común (Calidris alpina), aunque no menos importantes resultan, como se encargan de explicar en PIO y SEO, los chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula), el chorlito común (Pluvialis squatarola), los zarapitos y las agujas.
