El delegado territorial de la Xunta de Galicia en Pontevedra, José Manuel Cores Tourís, tiene previsto visitar Meis en los próximos días para conocer de primera mano la magnitud de los daños provocados por el tren de borrascas que azotó Galicia durante el pasado fin de semana. Eso sí, apuntó que el alcalde, José Luis Pérez, ya le ha trasladado su preocupación por el elevado número de familias damnificadas, muchas de las cuales no tenían sus bienes asegurados. Sobre estas, Cores Tourís declaró que "analizaremos caso por caso".

José Luis Pérez apuntó en su momento que la única posibilidad de que las familias que han sufrido daños en bienes no asegurados puedan percibir alguna compensación es mediante la declaración de "zona catastrófica". A este respecto, Tourís no quiso avanzar nada, "porque quien tiene que encargarse de esa declaración es el Ministerio". Se da la circunstancia de que este trámite atañe ahora a varios departamentos, como los de Fomento y Agricultura, y que la nueva denominación de esta figura legal es la de "zona gravemente afectada por una emergencia de protección civil".

En cualquier caso, a Cores Tourís no le cabe duda de que Meis ha sido "el ayuntamiento más afectado por el temporal en la provincia de Pontevedra, y posiblemente uno de los más afectados de Galicia". Así, espera reunirse en las próximas horas con el alcalde, y a raíz de ese encuentro "iremos tomando las medidas necesarias".

En cuanto al suministro eléctrico, el delegado de la Xunta en Pontevedra señala que Gas Natural Unión Fenosa les indicó a última hora del lunes que ya estaba completamente restablecido, lo que no obsta que pueda haber alguna vivienda aún con problemas de suministro.

Reparación de la cubierta

"En San Martiño el viento hizo un arraso", declaró gráficamente Cores Tourís a preguntas de los medios de comunicación en una visita institucional a Cambados. Y es que esta parroquia pasa por ser, dentro del término municipal, la más dañada por el temporal "Kurt", que tocó tierra durante la madrugada del viernes.

Galpones literalmente destrozados, casas destechadas, muros de cierre levantados con bloques de piedra tirados como fichas de dominó... El temporal hizo un gran daño en la parroquia, y los vecinos empiezan a reponerse del mismo. Varios de ellos ya están arreglando los tejados de sus viviendas, y la empresa que hace unos meses reconstruyó el campanario de la iglesia -sobre el que cayó un rayo en abril del año pasado- también está ahora recomponiendo el tejado.

Pero quienes más preocupados están son los vecinos cuyos bienes afectados por la galerna estaban sin asegurar. En su caso se cierne la incertidumbre no solo económica, sino también de si las administraciones les dejarán levantar de nuevo unas estructuras que en muchos casos tienen ya varios años, pero que actualmente podrían no ajustarse a la actual legislación.

Sin estimación de daños

La Xunta de Galicia aún no tiene una estimación de daños a nivel provincial, aunque creen que serán cuantiosos, teniendo en cuenta, a modo de ejemplo, que rondan los 200.000 euros solo en colegios, o que para arreglar el instituto de Marín harán falta unos 90.000. Y entre tanto siguen produciéndose desprendimientos de piedra de los taludes de la vía rápida de Vilagarcía a Cambados.

¿Por qué San Martiño de Meis puede considerarse la "zona cero" del temporal del pasado fin de semana? Es una parroquia de interior y baja, por lo que ni está expuesta a los embates de las olas ni a las ráfagas de las zonas altas, como podría pasar en Armenteira. Sin embargo, la orografía de esa zona pudo propiciar de algún modo que los daños fuesen más elevados que en otras parroquias vecinas, como Barrantes.

Hernando Martínez Chantada, que nació precisamente en San Martiño, y que es uno de los colaboradores más veteranos de la Agencia Española de Meteorología (Aemet), plantea que este tipo de vientos suelen entran en O Salnés por A Lanzada, para recorrer posteriormente la falda norte del monte Castrove, barriendo Meaño o Armenteira.

Al llegar a San Martiño se encuentra con una ligera depresión del terreno, pues hay una zona más baja entre las estribaciones del Castrove y los montes de San Martiño, y eso propiciaría la existencia de una parte de la corriente que va más baja, mientras las laterales discurren a una altitud mayor. Estos bordes del viento provocarían, según su planteamiento, un efecto succión de la corriente central, lo que multiplicaría la fuerza del vendaval. "El aire que queda debajo es absorbido por la corriente superior y se produce un efecto ventosa, con lo que se multiplica la fuerza del viento", apunta Martínez Chantada.

Se da la circunstancia de que Xil, en Meaño, está en las faldas del Castrove y también sufrió dos vendavales en los últimos años, que fueron supuestos tornados.