El BNG de Vilagarcía se reunió el lunes en el centro sociocultural de Rubiáns con asociaciones vecinales y culturales para elaborar un nuevo reglamento de uso de las instalaciones culturales del municipio. Así, el grupo municipal liderado por Xabier Ríos se adelanta al gobierno socialista, que convoca mañana a las fuerzas políticas y la próxima semana hará lo propio con los colectivos para trabajar en la modificación de la normativa que el ejecutivo del PP sacó adelante en solitario en 2013.

El Bloque explica que mantuvo un encuentro con las asociaciones "con la intención de elaborar un nuevo documento para presentarle al gobierno local de cara su inclusión en el próximo pleno". "También tratamos la constitución del Consello Local da Cultura y la elaboración de su reglamento", expone el portavoz nacionalista, Xabier Ríos.

Afirma el concejal que la nueva normativa cultural "tiene que dar solución a las demandas y necesidades de los distintos colectivos" y recoger "las distintas peculiaridades en cada caso". Acusa al PP de no interesarle la actividad cultural ni social, sino que "lo único que le preocupa es la confrontación entre los vecinos" e "impedir el desarrollo de la actividad cultural en nuestras parroquias".

Desde que el partido conservador pusiera sobre la mesa este reglamento, el Bloque fue una de las formaciones que desde el principio manifestó su oposición frontal al texto. Apoyó el movimiento social que se generó contra la denostada normativa -y el texto alternativo que elaborado-, la cual se aprobó en pleno en medio de una sonora protesta al son de gaitas y panderetas. Todos los partidos de izquierda y decenas de asociaciones culturales y vecinales de Vilagarcía rechazaban la ordenanza. El principal punto de discordia era el supuesto cobro por el uso de instalaciones culturales, que con el tiempo se demostró que solamente afectaba a la iniciativa privada con ánimo de lucro.

No obstante, recientemente el reglamento cultural del PP ha vuelto a resucitar en la escena política vilagarciana debido a las cafeterías de los centros socioculturales de las parroquias. La formación de Tomás Fole llevó al pleno de enero una moción en la que solicitaba que el Concello sacase a concurso la gestión de estos bares, un extremo que recoge el reglamento aprobado en 2013 pero que sin embargo el Partido Popular no aplicó mientras gobernó -hasta 2015-.

La corporación rechazó la moción y el alcalde anunció que convocaría a la oposición y a los colectivos para modificar el reglamento con el propósito de que las cantinas de las casas de cultura siguiesen quedando en mano de los vecinos. Días más tarde anunció que paralizaba el concurso que la asociación vecinal de Vilaxoán convocó por su cuenta -como si de una administración se tratase- de la explotación del bar, y sin embargo ese proceso siguió adelante. De hecho el nuevo encargado de la cafetería -un autónomo- ya la está equipando para intentar abrir este fin de semana.