Operarios de la Concejalía de Obras del Concello de Vilanova han sido los encargados de eliminar los desprendimientos de piedras y barro que el temporal provocó en las cunetas del enlace con la VG 4.3 a su paso por el municipio.

Aunque el vial pertenece a la Xunta de Galicia, el Concello decidió proceder a la limpieza de esas cunetas por proximidad (todo ese enlace transcurre por su término municipal), y sobre todo, por seguridad vial, ya que así se evita que puedan registrarse accidentes. Además, desde la administración municipal se va a estar atento a cualquier desprendimiento que pueda registrarse en las próximas semanas, donde las previsiones meteorológicas apuntan a la llegada importante de lluvias. La pasada semana se registraron varios desprendimientos de piedras importantes en ese vial, cuyos restos permanecían en las cunetas con el consiguiente riesgo para la circulación rodada.

Ese enlace cuenta con un importante volumen de tráfico rodado, ya que, por un lado, comunica la VG 4.3 con el casco urbano de Vilanova y San Miguel de Deiro, así como con el vecino municipio de A Illa, mientras que por el otro, permite el acceso al polígono industrial de Tremoedo.Baión

Esta actuación contrasta con lo ocurrido en Vilagarcía el pasado mes de octubre, destacan desde Vilanova, donde se decidió cerrar al tránsito un vial secundario que comunica la parroquia villanovesa de Baión con el Hospital de O Salnés en lugar de proceder a su limpieza y acondicionamiento para mantenerlo abierto.

Ese vial, todavía permanece cerrado a la circulación sin que existan previsiones para acometer las obras que eviten los posibles desprendimientos de rocas desde las paredes que lo circundan. El cierre del vial provocó un ácido enfrentamiento entre los dos Concellos vecinos, ya que Vilanova reclama la apertura inmediata para evitar que los vecinos tengan que realizar un rodeo importante para poder llegar al Hospital de O Salnés. El propio Gonzalo Durán, alcalde de Vilanova de Arousa, llegó a afirmar que no entendía los motivos por los que no se acometían las obras necesarias para que la circulación se reanudase, provocando así un grave perjuicio a los vecinos de la parroquia vilanovesa.