Uno de los efectos más generalizados en el municipio meisino está relacionado con el largo corte de luz que han sufrido en varias parroquias del entorno de Armenteira.

Los lugares más afectados fueron Busto, Balboa y Vilar que permanecieron sin suministro desde las once de la noche del viernes hasta la una de la tarde de ayer domingo.

En Couso o Cabeza de Boi ya recuperaron la conexión a mediodía del sábado porque estos núcleos no dependen del transformador de Poio, donde se registró la avería.

Cristina Gallo Kosiorek, perteneciente a la asociación de vecinos, asegura que la situación ha causado importantes pérdidas económicas.

"Hace poco que concluyó la época de la matanza y la carne guardada en los arcones congeladores ya no se puede consumir porque se estropeó al romperse la cadena de frío", lamenta.

"Esta es una zona rural en la que se vive de una forma diferente a las ciudades por lo que la conservación de los alimentos procedentes de la granja es muy importante", explica.Pero recalca que en el siglo XXI parece ilógico que el suministro eléctrico se interrumpa tantas horas. "Los dos bares, A Fonte y O Comercio, abrieron los dos días a la luz de las velas y uno de ellos con un campingás para poder hacer las comidas".

"Parecían pueblos fantasmas", describe Cristina Gallo indignada por un fin de semana en el que "volvimos al siglo XIX" pero en el que se utiliza tecnología del XXI donde la electricidad es un servicio básico. "Nos podemos alumbrar con velas pero la carne y el pescado no se pueden conservar ahora en sal". Por ello cree que Fenosa deberá compensarles todos los daños o parte de ellos.