Entre otras muchas estructuras dañadas ayer hay que destacar al Pazo de Rubianes, en Vilagarcía. Este emblemático espacio de indudable valor patrimonial y natural fue objeto de las fuertes rachas de viento, que sin embargo no impidieron que siguiera adelante con su expansión, centrada en las potencialidades de su atractivo jardín de camelios, entre otras.

En este caso concreto el viento provocó la caída de ramas y árboles, algunos centenarios. Parte de esos elementos causaron daños en la estructura del pazo, pero sus responsables se pusieron inmediatamente manos a la obra y ordenaron a los operarios que a lo largo de la mañana actuaran con la mayor celeridad para ponerlo todo a punto, ya que por la tarde regresaban las visitas.

Guillermo Hermo, como responsable de las instalaciones, explica que en horario vespertino iban a recibir excursiones llegadas desde Inglaterra y León. Y claro, "no era cuestión de que vieran nuestro pazo como si se hubiera librado una guerra, de ahí que inmediatamente afrontáramos la reparación de los daños, especialmente en el tejado, agujereado por las ramas desprendidas".