El pasado mes de octubre, el Concello de Vilagarcía adoptaba la decisión de cerrar al tráfico un vial secundario que une la parroquia villanovesa de Baión con el hospital de O Salnés. El motivo no era otro que la caída de unas piedras de un muro que lo circunda. Sin embargo, tres meses después de esta circunstancia, el vial permanece cerrado al tráfico, lo que genera importantes contratiempos a los vecinos de la parroquia más rural de Vilanova.

Por este motivo, en el último pleno de Vilanova, los ediles socialistas instaron al alcalde, Gonzalo Durán, a pedir explicaciones a su homólogo de Vilagarcía, Alberto Varela, y sobre todo, a que se clarifiquen cuales son los plazos para la reapertura de un vial que consideran muy necesario. Durán remitirá una carta a Varela la próxima semana para aclarar la situación de esta carretera que permite acortar, de manera notable, la comunicación entre lugares como O Carballo y O Sixto con el Hospital de O Salnés.

"No entendemos que ocurre con esta carretera", explica el regidor villanovés antes de asegurar que "cerrarla por completo fue un auténtico error que están pagando los vecinos de Baión". Como ejemplo del error pone lo ocurrido esta semana en el enlace entre la VG 4.3 y Vilanova de Arousa, donde varias piedras cayeron a la calzada y "en ningún momento se barajó la posibilidad de proceder al corte, sino que se retiraron las piedras y el tráfico continúa de manera normal a la espera de que la Xunta actúe".

El conflicto entre Vilanova de Arousa y la vecina Vilagarcía por este vial comenzó el pasado 20 de octubre, cuando una avalancha de piedras cayó en la calzada. Efectivos de Protección Civil de Vilagarcía procedieron a cerrar la carretera al tráfico, mientras aguardaban a que el titular de la vía solventase la situación. Ese titular no estaba muy claro en Vilagarcía, que recurrió a la Diputación para que solventase el problema

Durante todo un fin de semana, el vial permaneció cerrado al tráfico, pero el lunes siguiente, el alcalde de Vilanova autorizó a una empresa para que retirase las piedras de la calzada y restituyó el tráfico, comunicando a Fomento, titular de la vía, lo que estaba ocurriendo. Esa decisión tan solo duró unas horas, ya que desde Vilagarcía se decretaba, de nuevo, el cierre ante el temor de que pudiesen registrarse nuevas avalanchas. Desde entonces, nada se ha hecho para que los vehículos puedan pasar por la zona y, añade Durán, "no se han vuelto a registrar desprendimientos".

Este vial se construyó al mismo tiempo que el acceso al Puerto de Vilagarcía, ya que su misión era dar servicio a la segunda fase del polígono de Baión, paralizada por la crisis económica.