El Partido Popular de Vilagarcía no sale de su sorpresa. La decisión del alcalde, Alberto Varela, de nombrar como consejero de la Autoridad Portuaria al concejal Lino Mouriño, en sustitución del conservador Tomás Fole, es "tropezar, por segunda vez en la misma piedra". No en vano, en el seno de los conservadores no se olvidan de "los gravísimos antecedentes que tiene tras haber hecho un uso indigno de su condición de consejero, un sacrilegio imperdonable".

De hecho, recuerdan que Mouriño tiene "el triste mérito de ser el primer amonestado, formalmente, hasta en dos ocasiones, y posteriormente expulsado del Consejo Portuario "por haber violado la confidencialidad de información que lleva implícito el cargo". Esa supuesta negligencia para los conservadores "le sitúa ahora como aspirante a ser premiado por un alcalde sin rumbo, que antepone su oposición al PP al interés general de la ciudad.

Con la amenaza de "imponer a un socialista, el alcalde incumpliría el acuerdo plenario del pasado 26 de noviembre de 2015, y el propio pacto de ciudad, en el que se especificaba que en el Puerto se designaría a un edil popular y a otro de la formación nacionalista".

Ese incumplimiento se debe a "un capricho personal, que sirve para extinguir la pluralidad de representación, algo que viene a certificar que Alberto Varela no es un político de fiar, y cada decisión que toma, evidencia que su palabra no vale absolutamente nada".

Fole tiene claro que "si Mouriño es el que tiene que velar por los intereses de los vilagarcianos, estamos en un serio problema; pero no le envían para eso, lo mandan para usarlo como ariete del gobierno contra el Puerto".

La posibilidad de que Lino Mouriño regrese al Consejo del Puerto de Vilagarcía viene dada por la renuncia del propio Fole al puesto, motivada por la incompatibilidad de cargos públicos, al ser diputado en el Congreso. "No se trata de una destitución, lo que obliga a que sea el PP el que mantenga la plaza, en virtud de los acuerdos alcanzados en el seno de la corporación".

La opción de meter a Miguel Alves, edil de Esquerda Unida, como primera opción "a cambio de su apoyo al presupuesto ha sido reconocida, implícitamente, por el regidor con este movimiento". Para los conservadores está claro que "fruto de la ira de que se le haya descubierto el pastel han cometido errores y hasta se han puesto en un escenario hipotético en el que Alves fuese concejal no adscrito". Insisten en que Ramón Bueno "fue más astuto y hábil que Alves con el PSOE, "ya que él sí consiguió el sillón de consejero".