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La USC estudia la evolución ambiental del islote de Areoso en los últimos milenios

El trabajo, liderado por Ramón Blanco Chao, cuenta con la colaboración de los arqueólogos de Guidoiro Dixital -Bajo la duna existen dos tipos de paleosuelo diferente

El islote Areoso, en A Illa de Arousa, no solo ha levantado el interés de los arqueólogos por el importante yacimiento que se oculta bajo la duna, sino también de geomorfólogos y edafólogos que, desde 2015, están analizando la evolución ambiental que ha experimentado esta pequeña lengua de arena en los últimos milenios.

Uno de los equipos, pertenecientes a la Universidad de Santiago de Compostela y liderados por Ramón Blanco Chao, está realizando un análisis detallado de los depósitos de tierra antiguo para obtener datos de la formación del islote y las condiciones ambientales que existieron en el pasado y cual fue su influencia. En este trabajo cuentan con el apoyo de arqueólogos implicados en el proyecto Guidoiro Dixital, que analiza la erosión a la que se expone el yacimiento, y los geomorfólogos y edafólogos participarán en la intervención que se va a llevar a cabo el próximo verano en la mámoa 4, financiada por la Dirección Xeral de Patrimonio.

Aunque todavía quedan muchas cuestiones por analizar, en una primera inspección, hecha pública en Guidoiro Dixital, se han detectado dos tipos de suelos antiguos enterrados por la duna de Areoso, con una formación completamente diferente.

El primero de ellos es un suelo orgánico que se puede ver en la base de la duna, de formación continental, sin influencia marina. Es en él, donde se localiza la mayor parte del material arqueológico, convirtiéndolo en un "auténtico" territorio prehistórico bajo la arena.

El segundo de estos suelos sería una gran masa de tierra negra que se sitúa en la zona intermareal, al oeste del islote y muy próxima al istmo por el que se está rompiendo Areoso. Se trataría de un sedimento de color oscuro, muy orgánico y plástico en el que aparecen abundantes materiales arqueológicos, (cerámicos y huesos de animales) e incluso, diferentes estructuras (cistas).

Aunque con unas características similares, los geomorfólogos consideran que este depósito no es el mismo que el que aparece en el resto del islote. A falta de algunos análisis, se cree que "pudo formarse por una sedimentación de tipo intermareal, en un ambiente sin apenas acción de las olas del mar y posiblemente con abundante vegetación y colonización de algas. Todo apunta a que la formación de este depósito tuvo lugar entre 1900 y 1700 antes de Cristo, aunque todavía se está al inicio de la investigación.

El trabajo que están realizando los geomorfólogos y edafólogos se completará a lo largo del presente año, aprovechando muchas de las muestras que se van a extraer en la excavación arqueológica de la mámoa 4 el próximo verano.

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