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Hologramas para introducirse en el mundo del cine

Trece jóvenes participan en un taller organizado por Ádega con trucos tecnológicos para grabar animados vídeos

Los miembros del cineclub Ádega de Vilagarcía se han propuesto llegar a un público más joven, sin dejar de atender al adulto que periódicamente acude a sus proyecciones en el Salón García. Para ello planificaron un taller de holografía, inicialmente para una decena de niños de 10 a 15 años, que finalmente tuvo que ampliarse a trece cursillistas para no dejar a nadie fuera.

La actividad valió la pena porque los aficionados a las nuevas tecnologías pudieron disfrutar con interesantes trucos para crear sus propios vídeos, con una tablet, un ordenador o desde el propio móvil. El taller, impartido por Xurxo Guitián, de la empresa Ceta Systems dedicada a la gestión de dispositivos digitales, se desarrolló ayer desde las diez de la mañana hasta las dos y media de la tarde en la sala de conferencias del Auditorio Municipal de Vilagarcía.

Colaboraron varios directivos de Ádega, entre ellos el presidente Fernando López, y Xavier Marqués, quienes ayudaron en los trabajos prácticos para atender la demanda de información de todos los participantes. El curso comenzó con una charla teórica sobre holografía, así como la proyección de diferentes vídeos realizados con esta técnica para introducir a los niños en la actividad.

Pronto llegó la parte más entretenida para los cursillistas quienes con tijeras y unos plásticos transparentes crearon una "pirámide holográfica" que, colocada sobre una tablet en la que aparecían cuatro imágenes, formaba una figura en 3D.

Alex, uno de los alumnos de este ciclo, manifestó su entusiasmo por la actividad formativa, que es la primera de este tipo en la que participa y de la cual demostró que ha sacado mucho provecho.

Los niños grabaron una acción sobre un croma instalado en un lateral de la sala. Esta secuencia fue trasladada al ordenador portátil de cada uno de los participantes con el fin de que éstos pudieran crear su propio holograma y grabar un pequeño vídeo. La experiencia resultó tan satisfactoria que Ádega se plantea repetirla.

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