La solla fue hace años un recurso importante, pero se ha desplomado de manera generalizada en el conjunto de Galicia.

Las 205 toneladas de esta especie -la solla de altura se queda al margen- que se subastaron en las lonjas gallegas en 2001 poco o nada tienen que ver con la media de 40 toneladas que se vendieron en el último lustro.

La caída fue progresiva, pues las ventas bajaron hasta las 113 toneladas en 2002, 127 en 2003 y 2004, 91 toneladas en 2005, 46 toneladas en 2006 y hasta unas preocupantes 26 y 23 toneladas en los ejercicios 2007 y 2008, respectivamente.

Ya en 2009 parecía producirse un repunte, con cerca de 47 toneladas, que se mantuvo en 2010 (33) y años posteriores, ya que se despacharon entre 42 y 47 toneladas entre 2011 y 2014, inclusive.

Pero el año pasado las cifras de captura volvieron a bajar, hasta las 35 toneladas, y a punto de cerrarse 2016 hay que hablar de solo 28 toneladas de esta especie.

En cuanto a los ingresos en primera venta, la solla reportó 384.000 euros en 2001, con un precio máximo que no llegaba a los 14 euros por kilo. En el presente ejercicio se ingresaron en las rulas de Galicia alrededor de 110.000 euros, con unos topes de 16 euros por kilogramo.