La pesca de la solla está regulada por la Consellería de Medio Ambiente, que establece una talla mínima de 25 centímetros.

Se trata de un pez que puede alcanzar el medio metro de longitud y se distingue de la platija o solla de altura "por su cuerpo ovalado y asimétrico, de color pardo oliváceo, frecuentemente punteado con manchas oscuras y claras; tiene la cara inferior blanca, se reproduce en primavera y vive en fondos arenosos de hasta 40 metros de profundidad, soportando bien las diferencias de salinidad, por lo que puede internarse en los ríos", tal y como detallan en el proyecto "PescadeRías, de onde senón?", con el que la Xunta de Galicia promociona las especies autóctonas de mayor calidad.

Es en la desembocadura de cauces fluviales como el Ulla donde "es más usual pescarla con caña", aunque "se captura habitualmente al trasmallo o también con una técnica más artesanal: a pie con espejo y útiles de pesca por ensarte", detallan en PescadeRías.