El furtivismo y la pesca ilegal no cesan en Arousa, una ría que, quizás por ser la más productiva de Galicia, es también la que padece una actividad ilícita más intensa, a veces a instancias de pescadores o mariscadores profesionales que, amparándose en sus permisos o licencias, incumplen las normas, ya sea saltándose a la torera los cupos y horarios o bien utilizando redes y aparejos prohibidos.

Basta con analizar el balance semanal de operativos de Gardacostas de Galicia para darse cuenta del papel que desempeñan los ilegales en aguas arousanas.

La semana pasada, por poner un ejemplo reciente, el servicio de vigilancia e inspección pesquera de la Consellería do Mar se incautó en Galicia de cerca de 10.000 metros de artes de enmalle, en las que se engloban los populares "miños"; redes que en esta época del año se usan en la pesca del centollo.

Pues bien, ahora que tanto se habla de la preocupante escasez de este recurso llama poderosamente la atención -porque puede ayudar a explicarlo- comprobar que más de la mitad de esas artes de enmalle decomisadas, concretamente 5.600 metros, estaban caladas de manera irregular en la ría arousana.

Pero no solo eso, sino que en la misma semana Gardacostas se incautó de 950 kilos de pescados y mariscos en el litoral gallego, y resulta que 720 kilos fueron recuperados en los operativos llevados a cabo en Arousa.

En este sentido, hay que puntualizar que el control más importante se llevó a cabo en Arousa Norte, y más concretamente en el puerto de Santa Uxía de Ribeira, donde se procedió a la incautación de 622 kilogramos de pez espada que carecía de documentación capaz de acreditar su origen.

Es cierto que en la misma semana también se efectuaron operativos contra el furtivismo y la pesca ilegal en las demás rías gallegas, pero desde luego ninguna llegó a los niveles de irregularidad detectados en la arousana.