En Telecinco destacan que "a Miguel le da igual haberse quedado a las puertas de la final y que la gente pueda pensar que es 'un tramposo emocional' porque él es el ganador de su propia vida y ha abandonado GH17 al grito de: '¡Viva el amor propio!' y tirándole los trastos a Jorge Javier Vázquez. Eso sí, no estaba dispuesto a quedar como el malo del triángulo amoroso de Guadalix y ha sido muy, muy clarito con Adara y con Pol".
Esta reflexión podría resumir buena parte de lo sucedido en el reality, al menos en los últimos tiempos. Y a ella cabe añadir que tras su expulsión Miguel "ha conectado con los tres finalistas que aún habitan en Guadalix para decirles que los tres son muy grandes, y aunque se ha mostrado muy respetuoso con Meritxell, le ha deseado a sus grandes amigos Rodrigo y Bea que uno de los dos sea el ganador del concurso".
Mención especial merece la reflexión de Miguel sobre su aspecto actual. "Ha dejado claro que lleva parte del pelo pintado con rímel para dar la sensación de que tiene más", explican en el programa.
En cuanto a la Navidad, "Miguel ha explicado que nunca dijo que no hubiera celebrado las fiestas en su casa, pero sí que desde hace dos años la celebra de una forma más intensa y que está deseando ser papá para vivirla de verdad porque en su casa no han tenido árbol desde que su padre tuvo un accidente cuando él tenía siete años".
También habló de sus problemas de la infancia para decir que "se creía el rey del mundo" y que en Guadalix "se ha dado cuenta de que es mucho más sensible y vulnerable de lo que imaginaba", señalan en Telecinco antes de concluir: "Miguel es un gran conquistador y ha aprovechado que Jorge Javier Vázquez le dijera que no se volviera a poner el peluquín porque estaba mejor as para tirarle los trastos: '¿Tú pillarías conmigo?' El presentador dijo que no en un primer momento, pero se lo ha pensado mejor y le ha confesado que eso nunca se puede saber porque él no se cierra a nada".
