El “oro negro” de las bateas está agotado en buena parte de los polígonos gallegos, y allí donde todavía queda producto de talla comercial resulta que no puede extraerse debido a la presencia de toxinas lipofílicas o paralizantes.

Eso quiere decir que la campaña de Navidad está más en el aire que nunca, si bien es cierto que los perjuicios económicos van a ser menores, pase lo que pase ya, después de un año tan positivo como éste que está a punto de finalizar.

A la espera de acontecimientos puede decirse que las depuradoras tratan de hacer acopio de molusco para abastecer a sus clientes durante las fiestas navideñas, y a su vez los mejilloneros intentan abastecer a sus compradores para salir del paso, aunque sea suministrando producto que aún no está desarrollado del todo.

Esta misma tarde el boletín informativo del Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar) dejaba claro que los polígonos que llevan semanas cerrados, y que por tanto acumulan aún mejillón comercial, tendrán que seguir bloqueados, ya que las biotoxinas persisten.

Y no solo eso, sino que con el cambio del tiempo y la llegada de lluvias y vientos del sur lo más probable es que ya no puedan abrirse para Navidad.Situación actual

Actualmente hay una treintena de polígonos mejilloneros disponibles, como son los dos de Muros-Noia, el de Baiona, uno en Pontevedra, seis de los existentes en la ría de Vigo (los de Redondela) y una veintena en aguas de Arousa.

Cerrados continúan los cuatro polígonos bateeiros de la ría de Muros-Noia; otros tantos en Arousa, los de O Grove; siete de Pontevedra, en aguas de Cangas, Bueu y Pontevedra; y seis de Vigo.

Como se explicó en las últimas jornadas los cierres se deben mayormente a la presencia de toxinas lipofílicas, aunque hace unos días hizo acto de presencia en la ría viguesa la toxina paralizante (PSP).