Un vecino de Pontevedra que se dedicaba a la venta de cocaína a pequeña escala aceptó ayer en la Audiencia Provincial de Pontevedra una pena de prisión de tres años como autor de un delito contra la salud pública.

El juicio se zanjó así con una breve vista que se celebró en la Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra tras este acuerdo de conformidad entre las partes. El acusado, B.B.P., reconoció como ciertos los hechos que le imputaba la Fiscalía en su escrito de acusación. Según este, el procesado, al menos entre agosto de 2013 y hasta diciembre de 2014 cuando fue detenido "se venía dedicando a la venta de cocaína a terceras personas, ventas que se procuían en unas ocasiones en su domicilio del centro de Pontevedra y en otras en establecimientos que frecuentaba. Así, los agentes detectaron al menos tres entregas de pequeñas cantidades de cocaína a consumidores el 29 de agosto de 2013, el 30 de agosto de ese año y el 29 de noviembre de 2014. Durante un registro en su domicilio en diciembre de 2014, la Policía encontró varias bolsas de plástico que contenían poco más de diez gramos de cocaína, además de una balanza y bolsas de plástico para elaborar las dosis de cocaína.

No fue el único juicio por tráfico de drogas que se celebró ayer en la Audiencia de Pontevedra. Otro vecino de Cambados aceptó también una pena de tres años de cárcel por trapichear con droga en la villa del albariño. En este caso fueron agentes de la Guardia Civil los que detuvieron a L. G. P. después de comprobar durante una vigilancia a la que sometieron al sospechoso entre las 3.15 horas y las 3.40 horas el 3 de agosto de 2014 que realizó varias entregas de una sustancia que aparentemente era droga. Cuando los agentes se dirigieron al acusado y le solicitaron que se identificase, este echó a correr y trató de arrojar una bolsa que portaba lejos de él. Esta bolsita contenía siete envoltorios con una sustancia de color blanco que que resultáron ser 2,5 gramos de cocaína.

El acusado, en el momento de su detención, trató de huir de tal forma que se revolvió cuando fue interceptado por los agentes cayendo uno de los guardias civiles al suelo con el acusado, sin que el funcionario sufriese ninguna lesión salvo la rotura del pantalón de su uniforme, valorado en 43 euros y que ahora el acusado deberá abonar.

No irán a prisión

Las defensas solicitaron la suspensión de la pena, a lo que accederá el tribunal con el visto bueno de la Fiscalía, dado que ambos acusados se están sometiendo a programas de desintoxicación de drogas y lo están haciendo con éxito, según indicaron fuentes del Ministerio Público, por lo que no deberán cumplir las penas de prisión.