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Ricardo Vélez Silva: "El estar con el equipo en A Lomba es una ilusión que tenía en el mundo del fútbol"

El doctor vilagarciano, natural de Carril, tiene un estrecho vínculo familiar con el Arosa

Ricardo, en el banquillo de A Lomba en el partido de ida de la eliminatoria de la Copa RFEF. // I. Abella

El Arosa juega hoy en El Toralín el partido de vuelta de la eliminatoria de la Copa RFEF ante la Ponferradina. Una enfrentamiento muy especial para Ricardo Vélez, médico vilagarciano con un arraigo sanguíneo muy especial al club arlequinado. Su padre biológico, Ricardo Melón, fallecido cuando Ricardo tenía solo meses de vida, fue un destacado jugador arosista. También sus tíos Jesús, Manuel y el portero Claudio Silva. Carrilexo declarado, Ricardo es desde hace seis años una parte importante en los éxitos, y sobre todo en la salud, de la Ponferradina.

-¿Cómo llegó la posibilidad de trabajar para la Ponferradina después de muchos años afincado en la ciudad?

-Fue porque conocía a gente que estaba vinculada al club. Estaba en un gimnasio que gestionaban exjugadores y un antiguo preparador físico del club y surgió la oportunidad. Al ascender a Segunda División A tenían las necesidades de crear un servicio médico estructurado y allá me animé. Era el año 2010 y ya en la temporada 2010/11 entré a formar parte de manera íntegra en el cuerpo técnico del club. La temporada anterior ya empecé a trabajar en la creación de la estructura.

-Usted fue más de baloncesto en su juventud.

-La verdad es que sí. Jugué en el Casino y luego en el Liceo, pero siempre estuve muy vinculado al fútbol por cuestiones familiares. También es verdad que mi primer contacto como médico con la dinámica de un equipo fue con un club de baloncesto de Ponferrada a la hora de asesorarles en cuestiones de medicaciones permitidas.

-Con la Ponferradina ha vivido usted los años más gloriosos del club. Es casi un talismán desde su llegada.

-También ha habido momentos malos, pero sí es verdad que he estado en los dos últimos ascensos a Segunda División A. He vivido desde dentro el crecimiento de la estructura obligada cuando das el salto al fútbol profesional y también el aumento en el número de seguidores y en el apoyo que el club está recibiendo. El fútbol ha dado muchas alegrías en Ponferrada y ahora es un momento en el que hay mucha afición.

-¿Resulta complicado el hecho de compaginar sus funciones en el Hospital del Bierzo con las exigencias de un club profesional?

-Tengo cierta flexibilidad de horarios en mi puesto en el hospital y eso me permite compaginar las funciones. Ahora con el equipo en Segunda División B no tengo la obligación de viajar siempre. En Segunda A sí tenía que viajar en todos los desplazamientos, pero nos íbamos arreglando. Lo mismo pasa con los entrenamientos, pero trato de estar con el equipo el máximo tiempo posible.

-¿Cómo es su dinámica de trabajo con la plantilla?

-Está en primer lugar el trabajo de prevención. Ahí se incluyen reconocimientos médicos, nutrición, análisis patológicos, diagnóstico, recuperación, rehabilitación y readaptación. También el controlar las dietas. Como médico solamente estoy yo, pero trabajando de la mano con fisioterapeutas y técnicos. Digamos que tengo que estar encima de todo lo que el proceso del jugador desde que pasa por la camilla hasta que vuelve a estar en el campo supervisando el tratamiento de cada lesión.

--¿Qué fue lo primero que se le pasó por la cabeza cuando se enteró de que le había tocado a la Ponferradina medirse al Arosa?

-Una enorme alegría. Para mí, el venir con el equipo a jugar en A Lomba era una ilusión desde que estoy en el mundo del fútbol, igual que la de ir al Molinón a donde también pude ir. Siempre tuve esa esperanza e hice todo lo posible para poder viajar ese día aunque este año no me desplazo con el equipo. Mi familia está vinculada al Arosa muy estrechamente. Mi padre biológico, Ricardo Melón, jugó en el Arosa y también mis tíos Jesús y Manuel. También soy sobrino de Claudio Silva, portero que también llegó a jugar en Primera División con el Sporting de Gijón, Rayo Vallecanoy Cádiz.

-Y resultó que en A Lomba tuvo que atender a un espectador, concretamente a un niño. Curioso.

-No suele resultar habitual, pero vi una pareja llevando a un niño en brazos por delante del banquillo. Y cuando pasaron para dentro del vestuario me llamaron. Además solo estaba yo como médico en el campo. Se le inmovilizó y parece ser que finalmente se quedó todo en una fisura en el peroné tras caerse de la grada.

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