Los datos del cronómetro no asombran a un ciclista profesional, lo que resulta insólito es que en esta ocasión quien fija el récord es un carrilexo que está muy cerca de los 80 años de edad pero que se encuentra como un joven de 20.
Parece por tanto razonable que presuma de todo lo que rodea a su deporte favorito. Así dice que tiene dos bicicletas, una de carretera y otra de montaña, porque asegura le gusta pedalear en cualquier situación, sobre todo "si hay repechos" a los que se enfrenta con el vigor de un joven, explica.
"Algunas veces voy con algún amigo que tiene que descabalgar de la bicicleta si la cuesta es muy pronunciada y yo le espero en la cima", sonríe.
Avelino Barreiro sale de su casa frente a Cortegada por la mañana. Cada día se traza un rumbo. Desde hace cuatro o cinco años con itinerarios próximos, hasta O Grove, a Santiago, al Barbanza u O Morrazo. Pero antes participó en otras aventuras más completas en la que hacen falta muchos arrestos para completarlas.
"En 2002 hice el Camino de Santiago de Compostela desde Saint Pied de Port (sur de Francia), con una bicicleta de montaña en la que recorrí 850 kilómetros", asegura con orgullo pues lo hizo en tres o cuatro días. También se atrevió con la complicada ruta de los Lagos de Covadonga o La Covatilla, en Béjar (Salamanca), que no muchos tendrían la osadía siquiera de comenzar.
Ahora se queda con Cambados, A Escusa o Xiabre pero siempre que le suponga un esfuerzo físico porque no le gustan los caminos llanos, sin obstáculos. "Hace poco superé la cima del monte de Meda con una pendiente de un 16%" aunque al final sí que se nota un cierto cansancio". Y a continuación muestra una foto en el faro de Fisterra hasta donde llegó en su montura de dos ruedas hace no mucho tiempo.
Y también es de relieve el hecho de que en estos 25 años apenas tuvo accidentes, al menos ninguno grave. "Aunque a veces los conductores nos respetan muy poco y las carreteras están bastante deterioradas tuve muy pocos sustos de tráfico; incidentes tuve algunos como el del otro día cuando un coche me rozó en una rotonda". "Pero no pasó nada", dice con gesto de satisfacción.
También reclama mantenimiento de los carriles-bici y una mejor señalización para poder circular con la máxima seguridad, no en vano mantiene una velocidad de crucero de unos 20 kilómetros hora, dato que demuestra con los registros de su aplicación en el teléfono móvil que muestra con orgullo.
"Cada dia hago unas ocho horas entre la ida y la vuelta", calcula.
Ahora su reto es llegar a los 19.000 kilómetros antes de que acabe 2016 pues sus piernas están preparadas para esta meta que se ha marcado y que espera no solo quede registrado en el móvil. Un auténtico campeón.
