El Concello de Cambados ha remitido a la Dirección Xeral de Costas, Patrimonio y Medio Ambiente un proyecto de obra para proteger los restos arqueológicos localizados en el islote de San Sadurniño, donde se ubica la torre de vigilancia del mismo nombre. Esos restos, que salieron a la luz durante los temporales que azotaron la comarca entre los últimos días de 2013 y los primeros de 2014, corren un serio riesgo de desaparecer, por lo que desde el Concello se plantea la construcción de un pequeño muro o gavión, una especie de malla llena de piedras que sirve para evitar el impacto de las mareas en determinadas zonas.

Las obras en cuestión se localizan en el perfil costero próximo a la pasarela de acceso al islote de San Sadurniño, ubicada en las inmediaciones del barrio de San Tomé. La instalación del gavión se desarrollaría en dos fases. La primera de ella consistiría en levantar la documentación taquimétrica, arqueológica y de vegetación del islote, especialmente del tramo que se pretende regenerar. Una vez ejecutada esta fase, llegaría el momento de levantar el muro a base de gaviones, se cubriría toda la zona con una lámina de geotextil, vertido de capa de arena de río y cubierta final de tierra vegetal, sobre la que se sembrarían especies herbáceas, restituyendo el volumen original del perfil costero.

La propuesta no es desconocida para las tres entidades a las que se ha dirigido el escrito desde Cambados, ya que es muy similar a la que están aplicando en el vecino islote Areoso para proteger la mámoa 4, un monumento megalítico que puso al descubierto la marea a finales de 2010, y cuyos efectos amenazaban también con acabar con él. Durante los seis años que lleva instalado el gavión ante la mámoa, los resultados, en lo que respecta a la protección del monumento megalítico, han sido excepcionales, ya que no se ha registrado ningún tipo de daño en la estructura. Sin embargo, la estructura del gavión ha comenzado a fallar debido al impacto de las mareas vivas y la erosión puede provocar que acabe diluyéndose, lo que podría acabar dañando el monumento megalítico.

El descubrimiento del yacimiento localizado en el islote de San Sadurniño se remonta a los primeros días de 2014, cuando tras los temporales de las semanas anteriores se descubre que se ha desplomado parcialmente el perfil noreste de la isla. Ese desprendimiento ha dejado al descubierto dos estructuras circulares de piedra, varios muros descabezados, restos de un concheiro y numerosos fragmentos de teja y cerámica. Un examen preliminar del terreno pone de manifiesto los daños causados por el mar en un tramo de 25 metros de longitud, con el desplome de algunos muros de piedras que se dispersan en el entorno inmediato y la alteración de una de las estructuras circulares, que se encuentra cerca de derrumbarse.

Ante esta situación hubo varios intentos de llevar a cabo la construcción de este gavión, siendo el último el realizado por el cuatripartito con un proyecto elaborado por el arquitecto técnico municipal.