Disolver la agrupación comarcal de Esquerda Unida. Esa decisión estará encima de la mesa del Consello Nacional, presidida por Rubén Pérez, el próximo sábado en un encuentro para el que todavía no se ha elegido el lugar. La celebración de ese encuentro ha levantado un importante malestar en el seno de la agrupación local de A Illa, cuya ejecutiva considera que se está cometiendo un error de bulto con la disolución de una de las agrupaciones más importantes de Galicia.

No ocultan en A Illa la existencia de un problema importante en el seno de Vilagarcía, pero cuestionan la actuación que se está llevando a cabo, primero, desde la esfera comarcal, señalando directamente a Xan Lamelas; y segundo, desde la esfera autonómica, donde acusan a la dirección de haber tomado partido por una de las dos partes en conflicto sin haber escuchado a la otra, y consintiendo que una de las dos partes actúe a espaldas de las decisiones que toma la asamblea.

En el primero de los casos, desde A Illa censuran que Xan Lamelas se encuentre desaparecido como responsable comarcal de la formación. Estatutariamente, la agrupación comarcal debería reunirse una vez al mes, algo que no se está haciendo prácticamente desde que Lamelas accedió al cargo.

Desde A Illa y desde los críticos vilagarcianos se le han remitido todo tipo de escritos para que cumpliese con sus obligaciones como responsable comarcal, pero no han recibido ningún tipo de contestación. Ante la ausencia de los órganos del partido, el grupo municipal vilagarciano se regía por las decisiones que tomaba la asamblea, hasta que dos ediles decidieron tomar un camino autónomo, algo que provocó la brecha actual que existe en la formación a nivel interno de Vilagarcía

Más grave es, si cabe, para los isleños la actuación de la dirección autonómica, que ha decidido disolver a la agrupación comarcal "sin que se cumplan los requisitos que marcan los estatutos de Esquerda Unida".

Estos estatutos, señalan desde A Illa, marcan que antes de una decisión tan traumática como esa la asamblea comarca debe situarse en los márgenes políticos de la formación, "algo que no ha ocurrido aquí, ya que participamos en las confluencias, e incluso, se llegó a presentar una candidatura encabezada por el propio Ramón Bueno".

Pero aún en caso de que no se hubiese seguido la línea fijada en el interior de la formación, la dirección autonómica "tiene otros caminos para reconducir la situación antes de la disolución de una agrupación comarcal como la de Arousa". Pese a los escritos dirigidos al Consello Nacional expresando la situación que se vive en la agrupación, donde dos ediles vilagarcianos "actúan de forma autónoma, ignorando las directrices que fija la asamblea a la que se deben, tal y como figura en los estatutos de Esquerda Unida, nunca hemos recibido respuesta, más allá de una visita de Rubén Pérez a la comarca en la que se posicionó del lado de los dos ediles de Vilagarcía". Desde A Illa creen que se les está pasando factura por haber respaldado desde Arousa la declaración de Zamora, a la que se adhirieron "las personas que queremos mantener el discurso de clase que tiene Esquerda Unida y que no se diluya en otros partidos".