El principal protagonista del homenaje fue el juez Luis Pando Rivero, pero en realidad fue convocado en honor a la memoria de otros cuatro vilagarcianos. Estos eran el cantero de Faxilde, José Otero Lago, que perteneció a la Federación Anarquista Ibérica y que fue teniente de alcalde en la corporación; y los vecinos de Cornazo Manuel Oubiña Mondragón, Román Mondragón y Ángel Navias. Todos ellos fueron fusilados junto a Luis Pando en la mañana del 4 de diciembre de 1936 en A Caeira.

En el acto de ayer estuvieron presentes algunos descendientes de los homenajeados, como fue Mercedes Silva, una nieta del juez. Esta mujer recuerda que ni su abuela ni su madre acostumbraban a hablar de la tragedia. Y también apunta que "nunca sentí en los labios de mi abuela ni odio ni rencor" hacia los culpables de la muerte de su marido. Algo que, según ella, podría deberse también a que "aún había mucho miedo".

No obstante, cree que actos como el de ayer son necesarios, "porque aunque suene ya a frase un poco gastada es verdad, y es necesario recordar para que no se repita lo mismo".

"Un hombre bueno"

Margarita Teijeiro explica de Luis Pando que era miembro de la familia propietaria de la hoy famosa sidrería "El Gaitero". Nacido en Villaviciosa en el seno de una familia con ocho hermanos, en su juventud se trasladó a Santiago de Compostela, donde conoció a la que sería su esposa, que era de Vilagarcía. En 1931 obtuvo la plaza de juez en la ciudad arousana, pero su nombramiento no sentó bien entre las elites conservadoras de Vilagarcía, hasta el extremo de que organizaron un mitin en contra de su designación. Un mitin que no llegó a celebrarse pues se lo reventaron unos jóvenes de izquierdas. "Pando estuvo en el punto de mira desde el principio", concluye Margarita Teijeiro.