El traslado de pacientes al área de Psiquiatría del Hospital Provincial comenzará el próximo lunes y se realizará de forma paulatina. Así lo aseguraron ayer miembros de la Dirección de la Estrutura de Xestión Integrada de Pontevedra e O Salnés, que realizaron una visita técnica a la zona, que se quemó el pasado 11 de septiembre, acompañados de los delegados sindicales. Durante el recorrido por el área se supervisó la remodelación a la que esta ha sido sometida, cuyas obras están, tal y como aseguró el CHOP, "prácticamente finalizadas".

Satisfechos, en general, salieron ayer los delegados sindicales que visitaron el área de Psiquiatría del Hospital Provincial. La diferencia entre las instalaciones actuales y las que resultaron quemadas es abismal, tanto estéticamente como en lo relativo a la seguridad de los usuarios. Y fue en este último punto en el que se centró el recorrido, tanto por parte de los representantes sindicales como por los responsables de la obra y los del servicio sanitario.

El hecho de que el incendio hubiese sido provocado por una de las pacientes ingresadas, a través de tres focos, ha encendido las alarmas tanto del centro hospitalario como del personal, de ahí la insistencia en mejorar las cuestiones de seguridad.

Entre otras cosas, se han mejorado las entradas a las habitaciones, tanto las simples como las compartidas. Las puertas son más amplias, para facilitar la entrada de camillas y sillas de ruedas, y llevan incorporadas bisagras de seguridad, que solo pueden ser desmontadas con la utilización de un destornillador.

Además, se ha modificado la iluminación, de modo que toda el área cuenta con mayor visibilidad a lo largo del pasillo a través de la incorporación de luces led. En este sentido, el personal de enfermería tendrá un absoluto control de las zonas comunes a través de un ventanal y una pequeña abertura cuadrada en la puerta de su sala protegida con un cristal.

La remodelación ha afectado a todo, incluso el techo y las paredes, con material ignífugo. Asimismo, los extintores se encuentran, como ya ocurría antes, fuera del alcance de los pacientes.

Cada habitación cuenta con un piloto con luz sobre su puerta para que los enfermos puedan llamar y los armarios de cada una de ellas están anclados a las paredes para evitar incidentes.

Los trabajadores han pedido, por su parte, que se invierta más en personal especializado.