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Ramón Caride: "Muchos jóvenes han manejado antes una 'tablet' que un libro, y eso les lleva a leer peor"

"Siguen existiendo problemas que ya había en la Edad Media"

Caride, en el laboratorio del Ramón Cabanillas. // Iñaki Abella

Ramón Caride Ogando pone con "O camiño da Estadea" (Xerais) el broche a la saga de novelas juveniles de Said y Sheila, una de las más exitosas tanto en ventas como en críticas de cuantas se han escrito en su género en Galicia. La aventura empieza con la inauguración de un enorme centro comercial en el corazón de África, pero pronto derivará hacia una trama de suspense futurista en la que el autor reflexiona sobre graves problemas actuales, como el estado del medio ambiente o el racismo.

-En la contraportada del libro se afirma que es la "aventura final" de Said y Sheila. ¿Cómo llega al convencimiento de que cierra la saga?

-En primer lugar por la edad de los protagonistas, que en la primera novela tenían 12 y 10 años, y que ahora tienen 20 y 18. Al principio había pensado en escribir siete aventuras, una por cada año en la vida de los protagonistas. Es algo que no pude cumplir, pero sí mantuve la idea de darle un final temporal, de que los protagonistas se harían adultos y se separarían por el proceso natural del tiempo. Eso no quita que dentro de un año o dos reconsidere esta decisión, pero en estos momentos considero que el ciclo está cerrado.

-"Perigo vexetal" tuvo 13 ediciones; "Ameaza na Antártida", 10. "A negrura do mar" ganó el Frei Martín Sarmiento. ¿Le fue fácil cerrar una saga que tantos éxitos le ha deparado?

-De algún modo sí que da algo de pena, pero por otra me gusta variar. También sería engañar a los lectores repetir una y otra vez el esquema de "Perigo vexetal" o "Ameaza na Antártida". Como autor me apetece hacer cosas distintas, y de hecho "O camiño da Estadea" es diferente a los anteriores desde el punto de vista narrativo.

-Empezó la serie de Said y Sheila hace 20 años. ¿Ha cambiado el lector juvenil en estas dos décadas?

-Hoy en día, una gran cantidad de jóvenes tienen problemas con la literatura porque ésta les plantea un nivel de lectura profunda. Hace 20 años el libro competía menos con las redes sociales y los dispositivos electrónicos, pero en la actualidad hay un gran número de jóvenes que han manejado antes una "tablet" o un "smartphone" que un libro, y eso supone que leen de otra manera, en mi opinión peor. Veo en muchos jóvenes un problema de déficit de atención. Aunque es un proceso generalizado en toda la sociedad. Nos hemos vuelto menos reflexivos. La palabra escrita ha perdido protagonismo. Pero entiendo que es una moda. Un buen poema no se puede sustituir por un vídeo colgado en una red social.

-Sus libros de Said y Sheila plantean desafíos que afectan a la humanidad y en los que la tecnología tiene un gran protagonismo. ¿Han evolucionado la sociedad y la propia tecnología en la medida en que usted pensaba que lo harían a mediados de los años 90?

-Por lo general se entiende la palabra evolución como progreso, cuando la evolución simplemente es cambio, sin una finalidad ni un sentido determinados. Por poner un ejemplo, tenemos la impresión de que en la actualidad se vive mejor que en la Edad Media, que hemos evolucionado, y eso sí es cierto si tenemos en cuenta el nivel de consumo o la esperanza de vida de las personas. Sin embargo, en la sociedad siguen existiendo muchos de los problemas que ya había en la Edad Media, como el control ideológico, la manipulación de las elites para mantenerse en el poder... La sociedad ha evolucionado, han cambiado muchas cosas aparentes, pero en un nivel profundo no ha habido grandes cambios.

-La ecología es otro de los ejes centrales de su serie. ¿Está fundado el temor a lo mal que lo pueda hacer para el medio ambiente el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump?

-Los temores son reales, pero tampoco Barack Obama pudo hacer todo lo que quiso. Sí firmó los acuerdos contra el cambio climático, pero tampoco ofreció plazos concretos. A algunos medios les gusta extender el pánico, porque las emociones negativas venden más, pero en realidad no creo que en eso vayamos a empeorar tanto con Trump.

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