El vínculo de Vilagarcía con el motociclismo de velocidad es mucho más fuerte de lo que pueda parecer. En la localidad arousana tiene su sede el Moto Club VFM que esta temporada se ha encargado de organizar un circuito de siete pruebas con la anuencia de la Federación Gallega de Motociclismo bajo el nombre de Trofeo SuperXtrem. Más de un centenar de pilotos de todo el noroeste penínsular han podido disfrutar del éxito de una experiencia que tiene en el matrimonio formado por Daniel Vázquez y Sandra Fernández a sus auténticos impulsores.
-¿Cómo puede explicar que un club con sede en Vilagarcía se haya convertido en aglutinador de los aficionados a pilotar motos de velocidad?
-El club tenía que estar en algún sitio y nosotros vivimos en Vilagarcía y de ahí su localización. Lástima que aquí no haya circuito de velocidad y no quede más remedio que salir a circuitos de toda Galicia. Un circuito de velocidad te condiciona toda la organización. La verdad es que el éxito del Trofeo SuperXtrem es alto, mucho más de lo que esperábamos. La gente valora que la organización se implique. No es lo mismo hacer una carrera que organizar una carrera. Queremos hacer algo bien hecho y que la gente se vaya contenta. Ese buen ambiente, sumado a los costes, más asequibles que en un Campeonato Gallego, quizá hayan sido las claves de tanta aceptación.
-Presente su club. Por lo que se sabe entre sus licencias hay incluso campeones de España de supermotos.
-Más bien excampeones. El trofeo nació para pilotos aficionados, no es un título oficial pero damos un título de Trofeo SuperXtrem. Gente retirada del campo profesional como Juancho Romero o Nuno Pinto están con nosotros. Los dos fueron campeones de España de supermoto en 2009 y 2010. Cuando empezamos con esto, con un carácter lúdico tan marcado, esta gente ni lo dudó. No le supone el desembolso de cuando corrían el Campeonato de España y además les reporta sensaciones que tenían perdidas. También tenemos campeones gallegos que están en nuestro club como Marco Díaz, que es de Caldas. Además hay muchísima gente nueva. Le damos más importancia a la gente nueva. Estamos más por la labor de sembrar afición y nuevos pilotos que de recoger a gente que ya compitió. La ilusión que tienen los nuevos es diferente y muy regeneradora.
-Lo que parece, desde fuera, es que el éxito en el motociclismo está mucho más vinculado a lo económico que en otros deportes.
-Al final los costes son los que son. Hay dos formas de tomarse el motociclismo: como aficionado o como profesional. Como aficionado los costes pueden resultar asumibles. En el ámbito profesional, en Campeonatos de España, los costes se disparan mucho. Puedes empezar a correr con 6 años. Hasta los 10 no tienes problema porque son minimotos. El problema es el salto de minimotos a minivelocidad. Ahí son cifras de tres ceros y ese ya es un escalón muy alto.
-Remóntese a los orígenes. ¿Cómo se fue forjando el vínculo con las motos?
-Empezamos cuando yo tenía 18 años. Nos juntamos con unos amigos e íbamos mucho al antiguo circuito de Mosteiro. Hicimos amistades y además ya estábamos vinculados con el karting. La Federación Gallega se puso en contacto con nosotros porque necesitaba cronometradores. Hubo años de cincuenta carreras. Te vas metiendo y disfrutando de esta pasión. En los últimos años estábamos en un momento de bajón para el deporte federado. Nos inventamos algo nuevo con el trofeo y salió bien.
-¿Cómo está Galicia en cuanto a circuitos disponibles?
-El tema circuito de velocidad es un tema peliagudo. Hay mucha gente pidiendo el circuito gallego de velocidad, pero también estamos muy justos en circuitos pequeños. Cuantos más circuitos tengas más variedad tendrás para ofrecer una competición digna. No hay circuitos. Está O Porriño, pero por licencia no se puede. Estamos valorando los circuitos de Valga y Ourense para el próximo año y luego Forcarei, A Pastoriza y Monforte.
