La legislación actual obliga a todos los municipios a poner en marcha una Inspección Técnica de Edificios (ITE), una especie de ITV a la que deben someterse las viviendas colectivas para garantizar un buen estado de conservación o, en su defecto, acometer las obras necesarias para que así sea. En el caso de Vilagarcía, el ayuntamiento más poblado de O Salnés y por tanto con un mayor parque inmobiliario, la ITE es una idea que lleva planeando años por Ravella pero que nunca se ha puesto en marcha pese a que en la capital arousana existen más de un millar de edificios en mal estado, deficitario o ruinoso -en menor medida-, según los últimos datos publicados en el Instituto Galego de Estadística (IGE).
El gobierno de Tomás Fole (PP), alegando que el departamento de Urbanismo estaba volcado en la revisión del PXOM, no dio ningún paso para implantar la ITE en Vilagarcía. Después llegaron los socialistas, que tomaron las riendas de Ravella en mayo de 2015. En noviembre, es decir, hace ahora justo un año, la concejala de Urbanismo, Paola María Mochales, aseguraba a este periódico que los técnicos del Concello estaban trabajando en la elaboración de una ordenanza que regulase las revisiones. Pero por el momento ni se ha aprobado la normativa ni tampoco se ha dado a conocer. Ayer este diario preguntó al ejecutivo municipal sobre este asunto sin obtener respuesta.
Cierto es que en los últimos meses se observa en el centro de Vilagarcía movimiento de grúas y otra maquinaria para reformar fachadas, si bien todavía queda mucho camino por recorrer para reducir considerablemente el número de edificaciones en mal estado.
Un reciente estudio (de 2015) de la Oficina Técnica de Rehabilitación Urbana computa solo entre los tres cascos históricos del municipio (Vilagarcía, Carril y Vilaxoán), un total de 78 edificios en estado completamente ruinoso. En esta cifra se incluía el inmueble de la céntrica plaza de O Castro, ahora completamente rehabilitado debido a la actuación del Concello ante la pasividad del propietario.
Poco cumplimiento
Vilagarcía no es una excepción. Son pocos los ayuntamientos de Galicia que regulan la ITE. Prácticamente se ciñe a las grandes ciudades. Vigo fue de las primeras urbes en aplicar esta normativa, ya en 2006. Entre ese ejercicio y 2009 se realizaron en la ciudad olívica más de 11.000 revisiones de edificios. Ferrol comenzó con estas inspecciones al estado de los inmuebles en 2009 y A Coruña en 2011. También Cangas do Morrazo, Culleredo, Lugo, Mondoñedo, Oleiros, Ourense Ribadeo y Santiago obligan a los propietarios de los edificios con más de 50 años a someterlos a la ITE. Si en Vilagarcía se hubiese implantado la normativa, en 2015 tendrían que haberse revisado más de 3.000 inmuebles.
Dependiendo de las ordenanzas locales, pueden ser susceptibles de inspección elementos como la cimentación y estructura del edificio, fachadas y medianeras, cubiertas, instalaciones de fontanería y saneamiento u otros elementos que afecten a la seguridad del inmueble.
Tras la contratación de ese control técnico a una empresa privada por parte de la comunidad de propietarios, el experto en cuestión debe emitir un informe favorable o desfavorable. En el caso de un dictamen negativo, éste debe adjuntar unas medidas correctoras para subsanar las deficiencias.
