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A Illa mejora el equipamiento del espacio museístico de la conserva

La antigua fábrica de Goday fue la primera experiencia fabril que se registró en Galicia a finales del siglo XIX

La edil Rosi Viana ante la réplica de los bancos instalados en la antigua fábrica de Goday. // Noé Parga

El centro de Interpretación da Conserva es el único complejo museístico que posee el Concello de A Illa, un espacio en el que se pretende recordar el pasado industrial que tuvo el pequeño municipio arousano, que alcanzó la cifra de hasta siete conserveras, de las que no queda ninguna en activo en el término municipal. Por este motivo, la Concejalía de Turismo, ha apostado por reforzar los contenidos que posee para ofrecer a los visitantes una mejor recreación del trabajo que se realizaba en la antigua fábrica de Goday.

De hecho, la administración municipal ha adquirido una réplica de los bancos que utilizaban las mujeres cuando la antigua fábrica de Goday se encontraba a pleno rendimiento, a principios del siglo XX. En aquellos bancos, las trabajadoras de la conserva, muchas de ellas niñas, realizaban las labores de limpieza del pescado, el empaque o el aceitado, entre otras muchas actividades que se desarrollaban en el complejo fabril cuando se encontraba en funcionamiento.

La edil de Cultura, Rosi Viana, reconocía ayer que la intención del grupo de gobierno es "poner en valor el patrimonio cultural, histórico y artístico del municipio, ya que el Centro de Interpretación da Conserva fue la primera fábrica que tuvo una producción industrializada en Galicia, allá por el año 1879.

Tan solo dos años después de abrir sus puertas, la fábrica recibió la visita del rey Alfonso XII, que la nombró proveedora oficial de la casa real, al quedar impresionado por la forma de manufacturar las conservas. Tras ganar numerosos premios por la calidad de las conservas que elaboraba, la nave cerró sus puertas en 1961, después de haber sido un espacio laboral para varias generaciones de vecinos de A Illa.

A principios de la década pasada, el Concello de A Illa se hizo con todo el complejo fabril tras alcanzar un acuerdo con la familia propietaria, lo que permitió restaurar la antigua fábrica y convertirla en un centro de interpretación centrado en la elaboración de las conservas. A finales de la pasada década, el centro abría sus puertas al público, manteniendo la estructura inicial de la misma, con el mesado de limpieza y aceitado originales de la época, así como la máquina de vapor, que daba movimiento a toda la fábrica.

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