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Peregrinos salinienses en el año jubilar de 1920

El Arciprestazgo comarcal animó a todos los vecinos a realizar el trayecto a Santiago de Compostela

Peregrinos a su paso por la comarca de O Salnés. // Iñaki Abella

La vida diocesana del territorio dependiente de Santiago estuvo fuertemente influenciada por el concilio provincial de 1897, el cual, según el historiador de la Iglesia compostelana Carlos García Cortés ejerció notable influencia en su época, y que "en ciertos aspectos se prolongaron hasta la celebración del Concilio Vaticano". Debió ser el único arzobispo que dirigió dos diócesis con el mismo nombre: primero fue de Santiago de Cuba, en donde por cierto, los revolucionarios de la isla habían nombrado por su cuenta, y sin aprobación papal a Llorente Miguel. Tras la destitución de éste, Martín de Herrera ejerció gran actividad en su diócesis. Ya en el otro Santiago, el de Compostela, desde 1889, mostró enorme preocupación por el Año Santo, siendo uno de los prelados compostelanos que más pueden ser catalogados como promotores del mismo.

Prueba de su labor en los Años Santos, es la placa de bronce colocada en un muro de la catedral, en la plaza de Praterías, esculpida por el artista valenciano Mariano Benlliure.

Efectivamente, cuando muchos años antes, el cardenal Payá y Rico llega a Compostela en 1874, las peregrinaciones a Compostela estaban en decadencia y el mismo Murguía lo hacía notar en su obra "Galicia". Ante ello, ordena en 1878 que se realicen excavaciones en la catedral, bajo la dirección de los canónigos López Ferreiro y Labín Cabello, que descubren algunas tumbas con "varios huesos humanos, y aún fragmentos de cráneo en el fondo del sepulcro". Con el descubrimiento de los restos del Apóstol, y su autentificación por el Papa León XIII en su bula "Deus Omnipotens", se reinician las peregrinaciones, invitando a todos los obispos del mundo a incentivar los caminos hacia Compostela.

En la "Guía de Santiago" del año 1885 se calificaba este aumento de peregrinos en el camino de Santiago, como "renacimiento consolador de las antiguas peregrinaciones", y aunque en dicho año solo se registra la peregrinación de Noia, para 1897 ya serán una docena los municipios, siendo en el Año Santo de 1909, cuando los 36 arciprestazgos de la archidiócesis son instados a peregrinar a Santiago de Compostela, negociándose grandes facilidades en el precio del ferrocarril y de la cocina económica de Santiago.

Con la llegada de septiembre de dicho año, ya habían peregrinado unas 79.188 personas, todas ellas procedentes de los diversos arciprestazgos.

En el Año Santo de 1920 se produce el gran salto, ya que llegan a Compostela nada menos que 109.434 peregrinos, siendo el 90% procedentes de arciprestazgos del territorio arzobispal de Compostela, y no será hasta 1926 en que se produzca la llegada de un arciprestazgo fuera de la archidiócecis de Santiago, con la llegada de caminantes de un arciprestazgo del obispado de Tui. Era el comienzo del peregrinaje del resto de los arciprestazgos de toda Galicia.

Uno de los 36 arciprestazgos que en dicho año de 1920 acude a la llamada de su arzobispo-cardenal en al Año Santo, fue el de O Salnés, que por entonces ocupaba, de forma aproximada, todas las parroquias del territorio comarcal como unidad geográfica. Como era y es tradicional, cada uno de los 36 arciprestazgos de la archidiócesis de Santiago de Compostela, efectúan su peregrinación con motivo del Año Santo, y el arciprestazgo de O Salnés es uno de los grandes del territorio arzobispal.

Este organismo eclesiástico equivalía por entonces, al territorio de los actuales arciprestazgos de Arousa, Ribadumia y O Salnés. Así, las parroquias, de por ejemplo Vilagarcía y gran parte de las de Cambados, pertenecen actualmente al arciprestazgo de Arousa. Sin embargo, la parroquia de Castrelo, del municipio de Cambados, pertenece al arciprestazgo de Ribadumia, y sin embargo, la de Campañó del municipio de Pontevedra, pertenece al arciprestazgo de O Salnés.

En el, digamos, primitivo arciprestazgo de O Salnés, había 57 parroquias. De ahí, que cuando a principios de julio de 1920 se inicia la peregrinación, el día 1º ya empiezan a llegar muchos peregrinos a Santiago en los trenes de horario normal, pero es el día 2 cuando se organizan dos convoyes procedentes de Pontevedra y Vilagarcía de Arousa, llenos de peregrinos, alcanzando hasta cerca de las tres mil personas.

La llamada entonces, "Romería Saliniense", se formó en la Alameda de Santiago, para iniciar su marcha a la catedral por las antiguas calles compostelanas, todo ello amenizado por la banda militar de Zaragoza, del regimiento de guarnición en Santiago, así como por la banda municipal.

No era caro el acompañamiento musical, ya que el precio a pagar por tocar la banda municipal de Santiago, era tan solo de 75 pesetas.

Como era costumbre por aquellos años, dentro de la peregrinación, había dos estandartes: el de hombres y el de mujeres. El masculino era presidido por José González Fraga, Jacobo Otero Goday y Jesús Barrio Domínguez.

José González Fraga era por entonces diputado provincial en la Diputación de Pontevedra, y persona muy querida en Cambados, en donde había nacido en 1878. Abogado especialista en Derecho Civil había desempeñado el cargo de diputado provincial en varias ocasiones a lo largo de su dilatada vida, siempre empeñado en conseguir mejoras para la comarca. Amigo y contertulio de figuras tales como Valle-Inclán cuando vivió en Cambados, Cabanillas, Asorey, Caamaño Bournacell, Isidoro Millán, etc. El gobierno premió su extraordinaria labor cultural y profesional con la medalla de San Raimundo de Peñafort en 1967.

Jacobo Otero Goday, médico de profesión, era en 1920, alcalde de O Grove, cargo que ostentó entre los años 1913 y 1921. Posteriormente fue presidente del Partido Republicano Gallego, razón por la cual fue sentenciado a muerte con el inicio de la Guerra Civil, pena que sería conmutada por la de cadena perpétua. Su pueblo le dedicó un monumento en 1962 por su labor en pro del Grove. Jesús Barrio Domínguez representaba algo así como la nobleza gallega, en este caso, de Vilagarcía de Arousa.

Además de estos representantes de los tres municipios, estaban también los personajes más conocidas de las parroquias que integraban el arciprestazgo saliniense todos ellos acompañados de una representación de la Comunidad Mercedaria de Poio. No hay que olvidar, tanto entonces, como ahora, la parroquia de San Xoán de Poio pertenecía al extenso arciprestazgo de O Salnés.

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