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Ilusionados y nerviosos, pero sabedores de que es "una buena experiencia para nuestro proyecto vital"

Una alumna en prácticas en Alemania. // Fundación Paideia

¿Qué opinan ellos, los alumnos, de la experiencia alemana que les espera durante el próximo mes? Pues rebosan energía y optimismo, aunque en cierto modo están abrumados por el cúmulo de sensaciones encontradas que les embargan en estos momentos. Se mueven, por qué no decirlo, entre la ilusión y el nerviosismo, como también entre la expectación y la incertidumbre.

"Esperamos aprender un nuevo idioma y una nueva forma de trabajo, pero también queremos familiarizarnos con una nueva cultura y otro modo de vida", explican los cinco afortunados alumnos cuando se les pregunta qué esperan vivir o encontrar en esta expedición a Alemania.

Lejos de sus familias

Los nervios son lógicos, pues "es la primera vez que salimos da casa y nos alejamos de nuestras familias", confiesan los estudiantes. Pero la ilusión es máxima, porque "se trata de una experiencia totalmente nueva".

Saben que esto supone "cambiar completamente de entorno y de hábitos", al igual que son conscientes de que la experiencia les obliga a manejarse, aunque sea a nivel básico, en alemán.

"Pero para eso recibimos una formación previa en ese idioma, para poder desenvolvernos", relatan con orgullo.

Al escucharlos en las horas previas al viaje la conclusión es que por encima del nerviosismo están las ganas de aprender, ya que consideran que "se trata de una muy buena experiencia para nuestro proyecto vital", a lo que su director añade que "todo esto les va a ayudar mucho pensando en su futura integración en el mercado laboral y también para conocer cómo funciona el mercado de este mundo globalizado, permitiéndoles adquirir herramientas que les van a ser muy útiles en el futuro".

Padres orgullosos

Y junto a las reflexiones de alumnos y del director del IES de Valga quizás sea igual de relevante hacerse eco del punto de vista de las familias de estos chicos, pues van a ver como "emigran" durante un mes cuando son solo unos adolescentes. "Nuestras familias también están muy ilusionadas y nos arroparon en todo momento porque saben que se trata de una oportunidad fantástica para nuestra formación y nuestro futuro", sentencian los propios estudiantes.

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