El estanque del parque de O Castriño volverá a estar lleno en el plazo de una semana, una vez rematados los trabajos de sellado del fondo con una solera de hormigón y reparación de las juntas para acabar con las filtraciones que provocaban una constante merma del caudal. Estos daños dejaban el estanque, que se surte del agua que brota en un manantial próximo, prácticamente seco. Esta circunstancia, además de afear el entorno, favorecía la acumulación de lodos y la proliferación de insectos y malos olores en las épocas de calor.

Con una inversión de 33.215 euros, la empresa Construcciones Valle acometió el sellado hormigonando el vaso del estanque e impregnándolo con un producto especial para darle un color terroso y más natural al fondo. Este último proceso es el que está aún en vías de ejecución, intentando mejorar el tono. Se acometieron también mejoras en la torreta que emerge del vaso del estanque, reforzando las patas con acero cortén. La concejala de Urbanismo, Paola María Mochales, y un representante de la empresa adjudicataria dieron ayer el visto bueno a los trabajos, que ahora entrarán en una nueva fase centrada en la mejora de la accesibilidad al parque botánico y al Castro Alobre.

Esta actuación facilitará "que todo el mundo pueda acceder a este pulmón de Vilagarcía, lo que hasta ahora era bastante complicado" debido a la degradación que presentaban las escaleras y rampas", explica Paola María. Serán en este caso 74.000 euros los que se inviertan para instalar nuevas escaleras de acero cortén, similares a las del acceso por Vista Alegre, para unir los distintos niveles entre la zona del Castro Alobre y el parque Enrique Valdés Bermejo. Estos nuevos elementos sustituirán a las viejas escaleras de madera, muy deterioradas por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento y que llegaban a suponer un riesgo para las personas que las utilizaban.

De esta manera se mantiene la estética con respecto a la entrada desde Vista Alegre y se garantiza una mejor conservación. Las escaleras de acero cortén no necesitan apenas mantenimiento debido a su resistencia y durabilidad y, al contrario que las de madera, no les afecta la humedad. A mayores, la actuación prevé la sustitución de la rampa que da acceso a la zona del estanque, hasta ahora de madera, por otra también de acero más larga que la original. Se podrá, así, reducir la pendiente que dificultaba el acceso e incluso resultaba peligrosa en sentido bajada.