Una ola de fascinación e ilusión recorrió toda Europa a finales de 2008, cuando Barack Obama ganó sus primeras elecciones presidenciales en los Estados Unidos. Era la primera vez que un hombre negro se iba a sentar en el Despacho Oval, y eso fue interpretado en Occidente como un augurio de mejores tiempos. Ocho años después, la sensación es completamente diferente con Donald Trump. Y los arousanos que viven o han vivido en Estados Unidos comparten la incertidumbre y la preocupación de millones de personas, aunque ellos creen que al final la mayoría de sus amenazas de mayor calado se quedarán en simples bravuconadas.

José Ángel Rodríguez López, "Gogue", opina que "no creo que lleve a cabo muchas de sus promesas, como la de construir un muro en la frontera con México". El ilustrador, colaborador de FARO, también dibuja para El Tiempo Latino, una publicación en castellano para los hispanoamericanos que edita el prestigioso Washington Post y en los últimos años pasó varias estancias en Estados Unidos. "Gogue" asegura que la victoria del republicano ha sido para él "una sorpresa relativa". Sostiene que "Hillary Clinton era una candidatura sin demasiada fuerza, mientras que Trump es un populista, con un discurso que ha calado muy hondo en la América profunda".

Desde Canadá

Emilio Carro es un cineasta cambadés que vivió siete años en Estados Unidos, y que actualmente reside en Canadá, en una población próxima al lago Ontario y pegada a la frontera con Estados Unidos. Él considera que el magnate venció a Clinton "porque el sistema político está muy quemado". Casos de corrupción, episodios de espionaje a cargo de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), y un largo rosario de promesas incumplidas habrían provocado el hartazgo de los votantes. "Todo esto dinamitó la credibilidad de los políticos, y quizás por eso ganó las elecciones el que no era político", en alusión a Trump. "Pero esta situación es general, no está pasando solo en Estados Unidos".

Carro también cree que posiblemente había una parte considerable de la sociedad norteamericana que no quería que el país tuviese por primera vez a una presidenta, tras haber pasado a la historia en 2008 por tener el primero de raza negra.

El cineasta arousano afirma que en Canadá están tanto decepcionados como preocupados con lo que han votado sus vecinos del sur. "En Canadá hay la sensación de que de los dos males, salió el peor, y hay gente preocupada por los comentarios racistas de Trump y sus anuncios de que va a construir muros". Además, parece ser que los canadienses temen una avalancha de inmigrantes desde Estados Unidos si, en efecto, el republicano endurece las políticas contra los extranjeros y los sin papeles. "Si cumple sus promesas electorales, a nivel migratorio será una debacle".

Bernie Sanders

Emilio Carro opina que Hillary Clinton quizás no era una candidata con el suficiente gancho para desfondar a Trump. Y considera que tal vez las cosas hubiesen sido distintas en el caso de que el senador Bernie Sanders fuese el aspirante del Partido Demócrata a la Casa Blanca. "Bernie Sanders representaba una solución a la situación actual, era alguien también nuevo y más cercano al pueblo que Clinton. Pero se desmarcaba del concepto de político demócrata, pues daba la apariencia de ser algo más socialista de lo que a los demócratas les gustaría".

No obstante, Carro cree que Sanders hubiese tenido más opciones en su lucha con Hillary Clinton de no ser por la posición ambigua que, según él, varios grandes medios de comunicación norteamericanos mantuvieron con Trump. "Algunos admitían que Trump sería malo para el país, pero que era bueno para las audiencias". Según él, esa postura entre aguas de algunos grandes medios habría impedido que el mensaje de Bernie Sanders calase más hondo en la calle.

El resultado fue que éste perdió ante Clinton en las primarias de los demócratas. Y este partido llegó a la contienda final contra Trump, según cree el escultor Lucas Míguez, con una candidata "gastada".

"El populismo está en auge"

Primera Dama durante ocho años convulsos (el escándalo Lewinsky hizo temblar los cimientos del país), y secretaria de Estado durante cuatro, Hillary Clinton "no ofrecía nada nuevo", en opinión de Lucas Míguez, escultor afincado en Meis que pasó largas temporadas en Estados Unidos, un país al que aún regresa cada cierto tiempo por cuestiones laborales. "Era una candidata gastada".

Sin embargo, Lucas Míguez entiende que la victoria del republicano no se debe solo a la debilidad de su contendiente, sino también a que Trump fue el más listo. "En el mundo en el que estamos los populismos están en auge, y la gente vota a los populismos aunque no los crean, porque así al menos tienen la esperanza de que haya un cambio".

No obstante, al artista no le quitan el sueño las apocalípticas reacciones que se están sucediendo en medio mundo a la victoria de Trump. Hace ocho años, cuando Occidente entero celebraba con euforia la victoria de Obama, Míguez aseguraba en un artículo en FARO que pasado el tiempo no todo lo que relucía sería oro, y que unas cuantas de las grandes promesas con las que Obama había encandilado al mundo (y que le valieron el premio Nobel de la Paz) se quedarían en nada, como finalmente así fue.

Ahora, Lucas Míguez plantea que "Trump no será tan malo como ahora parece". Sobre sus órdagos de que va a cerrar las fronteras de Estados Unidos a cal y canto para evitar el paso de inmigrantes y de productos de China, Míguez apostilla que se se los llevará el viento. "Casi el 20 por ciento de la mano de obra de los Estados Unidos es latina y cerrar las fronteras con China sería insostenible para la economía de Estados Unidos en un mundo globalizado como el actual. De todo lo que ha dicho no hará la mitad, porque como lo haga se le desmorona el gobierno".

En cuanto a una hipotética escalada de la violencia en el mundo, recuerda que fue bajo de la presidencia de otro republicano, Ronald Reagan, cuando se produjo el acercamiento con el soviético Mijaíl Gorbachov, y que aquella fue una época "de relativa paz".

Al escultor afincado en Meis ni siquiera le asusta la constante mención al hecho de que un hombre en apariencia tan alocado como Donald Trump tenga al alcance de su mano el maletín nuclear. "Cuando ha llegado hasta ahí será porque no es tonto".