Dejar la uva sin recoger en una parte del viñedo hasta que sea atacada por la botritis para así elaborar un vino diferente; variar el tiempo y la forma en los procesos de fermentación para obtener caldos con más cuerpo o características muy distintas a las de otras marcas de una misma bodega; esperar a que suba el azúcar en la uva y baje la acidez o dejar que ésta se dispare antes de la vendimia; reducir el empleo de sulfitos para garantizar albariños más puros... Todo vale si lo que se busca es un producto con identidad propia, capaz de satisfacer a los diferentes paladares y siempre con una máxima, la calidad.

En las bodegas de Rías Baixas, donde la profesionalización del conjunto del sector está plenamente consolidada, siguen trabajando para acentuar sus exportaciones, consolidarse en el mercado nacional y, en definitiva, para ofrecer al consumidor vinos con cuerpo y alma; productos capaces de abrirse camino en el mundo y competir con regiones o países que llevan años e incluso décadas de ventaja.

Hay sobrados ejemplos del lanzamiento de nuevas marcas de vino protegido que vale la pena descubrir. Una de las últimas es "Prólogo", la nueva etiqueta de bodegas Carballal, asentada en Ribadumia y donde, precisamente, apuestan por "asumir riesgos" que le permitan prosperar como "una de las bodegas con más iniciativas y proyectos".

"Prólogo", de cuya primera añada se comercializan solo 4.000 botellas -todas enumeradas a mano- es un albariño con un nivel de sulfitos por debajo de 40 miligramos por litro que se presenta como "todo un desafío enológico con el que, de nuevo, nos situamos en primera línea de salida", explican en Carballal.

Y no es el único logro, ya que en esta empresa "con más de 40 años de recorrido en permanente búsqueda de la innovación", presumen de haber sido la primera firma vitivinícola de O Salnés en adquirir envases de acero inoxidable para elaborar el albariño. Como también de haber implantado "el mantenimiento del viñedo con cubierta vegetal permanente cuando pocos creían en la eficacia de este método".

Con el paso de los años "se ha demostrado que esta cubierta es lo mejor para la cepa, pues favorece su longevidad y la maduración de la uva, evita el estrés de las cepas, aporta materia orgánica natural e incluso colabora con la sostenibilidad del planeta al retener el CO2 en el suelo".

Además, "desde 2004 elaboramos el que fue primer coupage -varios vinos de características diferentes que se mezclan para obtener uno con identidad propia- de O Salnés, elaborado con albariño, loureiro y treixadura" para dar como resultado la marca "7 Cepas", y el año pasado se lanzó al mercado "Floreano e Punto", un albariño que "lleva al extremo la elaboración artesanal al macerar la uva como se hacía en los vinos de antaño".

Pero volviendo a lo que representa "prólogo", el enólogo de la bodega, Juan Carlos Vázquez, explica que "desde una perspectiva vinícolo-literaria podríamos considerar nuestros vinos como obras; los prólogos se escriben tradicionalmente una vez el autor ha terminado el libro y, en este caso, este albariño ha llegado después de que se hayan escrito otros vinos, como el Carballal, el 7 Cepas o el Floreano e Punto".

Pero es que además "Prólogo" es un "vino de autor" que se diferencia de los demás caldos porque "después de la fermentación alcohólica no añadimos ningún sulfito ni ningún otro antiséptico sustitutivo", de ahí que se trate de "un albariño llevado al límite de pureza, lo cual le confiere un sabor claramente diferenciado".

Esto quiere decir, según insiste la bodega citando las palabras de su enólogo, que es un vino "exclusivo", ya que "por la forma en que ha sido elaborado, la exclusividad es algo intrínseco".

Y por si su novedosa elaboración no fuera suficiente, bodegas Carballal también introduce un llamativo envoltorio con el que se recuerdan los orígenes del albariño, ya que "se presenta cubierto por una hoja de periódico donde hemos plasmado algunos textos de Cunqueiro, Peyró o Casares, entre otros, relacionados con el albariño".

De este modo la bodega aporta su pequeño e importante grano de arena para recordar a la sociedad en generala, y a los consumidores de vino en particular, que "la literatura y el albariño están muy ligados", como lo demuestra el hecho de que escritores como Ramón Cabanillas o Cunqueiro lo usaran "como fuente de inspiración en numerosas ocasiones para luego deleitarnos con textos como los que incluimos en el envoltorio de Prólogo".

Un envoltorio, por cierto, atado "con el mismo material que usamos para amarrar las cepas, por lo que el resultado ha sido verdaderamente exclusivo y artesanal", espeta el enólogo, que define este nuevo caldo como "genuino, desnudo y al límite".

En definitiva, que las bodegas de Rías Baixas siguen reinventándose y reinventando su producción para satisfacer a los distintos tipos de consumidores y no solo consolidarse en su ya importante mercado actual, sino también para conquistar nuevos paladares en cualquier rincón del mundo.