La Guardia Civil informa de una rocambolesca historia relacionada con la lucha contra el furtivismo que tiene como protagonista a un grovense que, al parecer, fue sorprendido transportando vieira ilegal en su coche. Lo llamativo es que se dio a la fuga y, según la benemérita, abandonó el turismo y se presentó después en el cuartel para denunciar que se lo habían robado.

Pero no solo eso, sino que esta misma persona ya había sido interceptada en otras tres ocasiones en los dos últimos meses con mercancía ilegal, además de estar citado judicialmente para responder por un posible atentado contra la integridad de los agentes en otro control.

Y por si todo esto no fuera suficiente resulta que los análisis de la vieira intervenida dieron positivo en toxina, es decir, que se le puede imputar un delito contra la salud pública.

La Guardia Civil explica los hechos diciendo que interceptó más de 200 vieiras extraídas de manera ilegal en la ría de Vigo en un vehículo perteneciente al grovense J.J.M.A., de 38 años, socio de la cofradía de pescadores de O Grove pero que "cogió el marisco en una ría fuera de su ámbito y, por lo tanto, de manera ilegal", además de hacerlo "fuera del horario permitido para esta actividad y con equipos de respiración asistida no autorizados para la vieira".

Concluye la benemérita que la mercancía "estaba destinada al mercado negro con el correspondiente riesgo sanitario por no haber pasado los preceptivos controles de seguridad de la lonja".

A esto añade que la operación para interceptar a este mariscador puso en riesgo la seguridad de los usuarios de la vía rápida de Sanxenxo cuando el automovilista furtivo quiso evitar el control montado por efectivos de la Guardia Civil. Realizó una maniobra de evasión con cambio de sentido, a gran velocidad, para darse a la fuga en dirección al monte que pudo afectar al tráfico rodado y llegó a colisionar contra el coche policial antes de desaparecer.

Ese turismo fue localizado posteriormente en un monte Noalla (Sanxenxo), y dentro del mismo estaba la vieira, sin las más mínimas condiciones higiénico-sanitarias, junto a aparejos propios de la actividad y un equipo de buceo con dos botellas.

Al día siguiente el citado individuo acudió voluntariamente al cuartel de O Grove para denunciar que le habían sustraído el vehículo, "por lo que podría tener que hacer frente además a otra denuncia por simulación de delito", espeta la Guardia Civil.

Resulta llamativo comprobar que "se trata de la tercera vez en tres meses que este hombre ha sido denunciado por extracción ilegal de marisco, y durante el mismo tiempo se le han incautado ya tres vehículos, otros tantos equipos de buceo completos con botellas y distintas cantidades de diversos mariscos".