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El periplo arousano de Valle-Inclán

Javier del Valle-Inclán acudió al instituto Bouza Brey para explicar a los alumnos cómo fue, en cuanto a vida y obra, la estadía del autor vilanovés en distintas villas de la comarca

Los estudiantes de 4º de ESO asistieron a la charla centrada en la figura y obra de Valle-Inclán. // I. Abella

"Ramón del Valle-Inclán. De Galicia a Madrid (1912-1925)" , una de las últimas publicaciones firmadas por Javier del Valle-Inclán Alsina, entró ayer en las aulas del instituto Fermín Bouza Brey de Vilagarcía y sirvió a los alumnos para conocer que la condición de arousano del escritor va más allá de haber nacido en Vilanova, sino que distintos municipios de la comarca, de uno y otro lado de la ría, dejaron huella en su biografía y en su obra literaria.

Con motivo del 150 aniversario de su nacimiento, la figura y obra de Valle-Inclán siguen siendo objeto nuevas revisiones e investigaciones como la que ayer presentó el nieto del escritor a los estudiantes de 4º de ESO, un trabajo centrado "en la estadía de Valle y su familia en diversas localidades arousanas". Vivió en Vilaxoán, también en Cambados, donde ocupó dos inmuebles distintos y falleció el primero de sus hijos varones, y después en A Pobra do Caramiñal, entre A Mercé y Villa Aurora. Allí permaneció hasta que, en 1925, se trasladó de nuevo a Madrid. A partir de entonces, visitas más o menos esporádicas, hasta una década más tarde, en el año 1935, cuando se trasladó al sanatorio del doctor Villar Iglesias en Santiago de Compostela.

Y ¿qué dejó este periplo arousano en su obra? Mucho, sostiene su nieto. "Fue una estadía muy fructífera en el aspecto literario". Son de esa época "Cara de Plata, "Divinas Palabras, "Los cuernos de don Friolera" o "El embrujado". Y este fue también el momento en el que se produjo "el cambio ideológico de Valle, evolucionando de carlista y reaccionario a una posición mucho más progresista, abierta y preocupada por lo que ocurre en su siglo, especialmente tras la revolución rusa de 1917", incide Javier del Valle-Inclán Alsina.

Su literatura caminaba ya por la senda del esperpento, sin muchos contrastes con la que, después, haría en Madrid, pero sí "completamente diferente a la realizaba antes de 1912 y que ", insiste de nuevo, "era muy reaccionaria, prácticamente la de un intelectual orgánico del partido legitimista y de la comunidad tradicionalista". Esta circunstancia puede apreciarse por ejemplo, en "Voces de Gesta" o en algunas de las novelas que forman la trilogía "La guerra carlista".

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