La antigua vía del ferrocarril, en el tramo comprendido entre Vilagarcía y Portas, luce ya sin maleza, ramas y árboles invadiéndola depués de los trabajos de desbroce que se llevaron a cabo y que son consecuencia de la reciente cesión del trazado por parte del Ministerio de Fomento para su futura conversión en senda peatonal. La vía llevaba años sumida en el abandono y olvidada por el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) y su lamentable estado, llena de tanta vegetación que incluso generaba riesgo de incendio, provocó constantes quejas de, entre otros, los comuneros de la parroquia de Rubiáns, una zona en la que el viejo trazado férreo discurre muy próximo a las viviendas. La última limpieza parcial acometida por el ADIF data de 2014 y desde entonces no se había ejecutado ninguna otra actuación de conservación.

Hasta ahora, apenas unas semanas después de que el ente ferroviario comunicase a los concellos de Vilagarcía, Caldas de Reis y Portas la desafectación del trazado a su paso por estos tres municipios, dando así luz verde a la creación de una senda verde, la primera que discurriría íntegramente por territorio gallego. Los trámites para sacar adelante este proyecto incluyen la redacción de una memoria a presentar ante la Fundación de Ferrocarriles Españoles (FFE), órgano que gestiona este tipo de sendas peatonales. En ese documento se incluirán los recursos turísticos y mediambientales de cada tramo, desde los jardines del Pazo de Rubiáns, hasta las burgas de Caldas o el mirador de la chimenea de la Azucarera de Portas. Después habrá que buscar financiación para acometer las obras.